El Chelsea se llevó la final de la Europa League, disputada en Bakú (Azerbaiyán), y Unai Emery no pudo convertirse en el único técnico cuatro veces campeón de la segunda competición europea. Con sus tres victorias (todas con el Sevilla), deberá compartir honores con el histórico, Giovanni Trapattoni, que logró dos con la Juventus y una con el Inter. Pero, por encima de todo, el entrenador del Arsenal no pudo reivindicarse tras su paso por el PSG, que arrojó dudas sobre su capacidad para liderar un gran proyecto en un club de primer nivel mediático.

Emery no eligió precisamente una plaza sencilla para volver a empezar tras sus dos años en Francia, marcados por las tempranas eliminaciones en la Champions League ante FC Barcelona y Real Madrid. La primera resultó especialmente dolorosa, con la histórica remontada azulgrana (6-1) en el Camp Nou tras el 4-0 de la ida. El reto del Arsenal, uno de los grandes de la Premier League, tenía su riesgo: convertirse en el sustituto de una figura histórica, Arsene Wenger, tras 22 temporadas que cambiaron la historia del club londinense. "Todo lo que hizo por el Arsenal fue increíble”, dijo Emery en vísperas de la final. “Le dio a este equipo una nueva cultura de fútbol, quiero mantener eso. Aprendí mucho de Wenger como entrenador y le tengo mucho respeto".

La derrota en Bakú impide a Emery redondear al alza la nota de su primer curso en Londres. Quinto en la Premier League, a sólo un dos puntos del tercero (el Chelsea, precisamente), quedó fuera de las plazas de Champions, el lugar que el técnico cree que corresponde al equipo. "El Arsenal tiene que estar entre los diez mejores equipos del mundo. Nuestro objetivo es conseguir eso", opina el entrenador guipuzcoano, que el pasado verano firmó un contrato hasta junio de 2021.

Emery entrenó al Sevilla FC durante tres temporadas y media, y ganó la Europa League en las tres que dirigió completas. En la 2013/14 se llevó el título por penaltis ante el Benfica. Un año más tarde revalidó el título ante el Dnipro (2-3) y, por último, sumó la tercera consecutiva ante el Liverpool, remontada incluida. Por aquel entonces, en el banquillo ‘red’ se sentaba ya Jürgen Klopp, que el próximo sábado en el Wanda Metropolitano tratará de sumar su primer título europeo.