Entre el 20 y el 24 de junio, dependiendo de la climatología, estos deportistas intentarán cruzar el estrecho de Gibraltar en caída libre, con la ayuda de un mono de alas. Los saltadores tendrán que cubrir los casi 15 km de distancia que separan África y Europa, planeando desde una altura de 40.000 pies (unos 13.000 metros), hasta aterrizar en las costas de Tarifa.
Con oxígeno auxiliar
A esa altura, ya en la estratosfera y con temperaturas de –57 ºC, necesitarán llevar un sistema auxiliar de oxígeno, por lo que estos tres aspirantes a ave han tenido que acostumbrarse también a saltar con unos sistemas de respiración auxiliar, una tarea en la que les ha ayudado el Ejército del Aire (a mediados de mayo realizaron un ensayo en la base aérea de Zaragoza).
Mañana, en la base aérea militar de la localidad madrileña de Getafe, el grupo hará otro ensayo previo a la prueba del Estrecho.
El traje de un pájaro
Una membrana que une brazos y piernas consigue minimizar la caída. Si en un salto normal la caída ronda los 200 km/h y se puede llegar a alcanzar una velocidad horizontal de unos 20 km/h, el traje reduce la velocidad hasta caer a 70 km/h y permite alcanzar un promedio de 130 km/h.
Los protagonistas serán Álvaro Bultó, un deportista multiaventura que ha sido campeón España Motocross y de Rallies, y Santi Corella y Toni López, saltadores profesionales, miembros durante diez años en el equipo nacional español de caída libre, con 17 títulos de campeón nacional cada uno.
13.000 metros es la altura desde la que se tirarán estos tres deportistas para cruzar volando el estrecho de Gibraltar
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