Cavendish gana al sprint una accidentada quinta etapa del Tour

Brajkovic, del Radioshack.
Brajkovic, del Radioshack.
REUTERS
Brajkovic, del Radioshack.

El británico Mark Cavendish (HTC High Road) volvió a ser el más grande entre los esprinters y se adjudicó la quinta etapa disputada entre Carhaix y Cabo Fréhel, de 164 kilómetros, en una jornada marcada por las múltiples caídas en la que el noruego Thor Hushovd (Garmin) conservó el maillot amarillo.

Reapareció Cavendish, de quien poco se sabía desde su doble victoria en el Giro de Italia, y lo hizo para imponerse de manera espectacular en un esprint muy disputado en el que alzó los brazos con claridad por delante del belga Philippe Gilbert (Omega), el número uno mundial que buscaba el doblete que le negó el Muro de Bretaña, y del español José Joaquín Rojas (Movistar), de nuevo en la pelea.

El corredor murciano llegó indignado con el italiano Alessandro Petachi (Lampre), quien, según comentó en meta, "es un guarro, ya que me obstaculizó y propinó un puñetazo a 1.500 metros de la pancarta". Esta vez la polémica no tuvo a Cav como protagonista, sino al propio Rojas, descalificado por maniobra antirreglamentaria en el esprint intermedio por empujar Boonen, lo que le costó el maillot verde, que pasa a Gilbert.

Dentro del grupo principal y en un tiempo de 3h.38.32 entraron todos los favoritos, poniendo punto final a un trayecto que se cubrió a más de 45 kilómetros por hora. Y al frente Thor Hushovd, que peleó por la etapa, pero claudicó ante Gilbert y Cavendish, que llegaban lanzados desde atrás. El noruego mantuvo el maillot amarillo con las mismas diferencias: 1 segundo a Cadel Evans y 4 a Frank Schleck.

Así terminó una etapa en principio abierta a otro tipo de resultado, pero los equipos de los esprinters propiciaron la llegada masiva. Una jornada de caídas en las que se vio implicado Alberto Contador, abonado a las dificultades desde la salida en el Paso de Gois.

Doble caída de Contador

Dos caídas sufrió el campeón del Giro. Primero por un enganchón con otra bicicleta y en el kilómetro 77 aterrizó de nuevo en el asfalto. Se levantó de inmediato con el maillot desgarrado por la espalda. Enfadado, lanzó la bicicleta a la cuneta, se subió a otra bici y se marchó en busca del pelotón en compañía de Dani Navarro y Brian Vandborg, que bajaron a auxiliar a su jefe. En 7 kilómetros el triple vencedor del Tour se integró de nuevo en el grupo.

A pesar del infortunio, no se arruga ante la adversidad. "Cuanto más difícil se haga el Tour con más fuerza voy a continuar", proclamó en meta. Está claro que este año la suerte y Contador sufren un serio desencuentro. Un día después de mandar el primer aviso en el Muro de Bretaña, en una especie de golpe de orgullo que le reactivó la moral, sufre otro revés.

No fue el único de los favoritos afectado. Camino de las Costas D'Armor, en el litoral bretón, el equipo Radioshack entró en fase de desgracias. Cayeron Leipheimer, Popovych y Janez Brajkovic, éste último con lesiones que le obligaron al ciclista esloveno a abandonar el Tour. Una ambulancia transportaba al hospital a una de las bazas de la escuadra de Bruyneel y aspirante al top ten.

También acabaron con diversas lesiones de "chapa y pintura" el holandés Gesink, el británico Bradley Wiggins, el francés Chavanel, el belga Boonen, otro hombre de Contador, el danés Nicki Sorensen, estorbado por una moto que fue expulsada de carrera e Iván Velasco, del Euskaltel.

¿Por qué tantas caídas?. Carreteras estrechas, muchas rotondas, nervios en el pelotón, despistes de los corredores.... "Es el Tour", decía en meta el campeón olímpico, Samuel Sánchez.

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