Lance Armstrong y sus equipos, el US Postal y el Discovery Channel, sedaron a la afición con una dictadura de siete años en el Tour de Francia. Tal fue el dominio estadounidense que unas ediciones como las dos últimas, sin un equipo omnipotente y un ciclista superior, se presentan abiertas e inciertas. Y así está el Tour 2007, que ayer afrontó el primer día de descanso con el danés Rasmussen, gran escalador, como líder.

Tignes, primer final en alto, no descartó a nadie. Hay 9  favoritos, pero ni el kazajo Vinokourov ni el alemán Klöden, ambos del Astana y mermados por las caídas, se han despedido de la lucha por la general. Vinokourov, vigésimo segundo, está a tres minutos de un Valverde al que ya remontó en la pasada Vuelta a España. Klöden, gran contrarrelojista, es duodécimo a menos de un minuto del murciano.

El vasco Haimar Zubeldia, que ocupa el puesto quince en la general, está a cuatro minutos justos del amarillo. La competición no se reduce a los diez primeros; el Tour está abierto... y sin dueño.

España brilla

Aunque no haya un patrón, sí hay un ciclismo que está destacando pese a no lograr todavía una victoria: el español.  Actualmente entre los dieciocho primeros de la clasificación general, nueve son españoles. Entre los diez, hay tres (Mayo, Valverde, Contador). Carlos Sastre y Óscar Pereiro, undécimo y décimo cuarto, son otras bazas.

La novena etapa del Tour unirá hoy Val-d’Isere y Briançon tras 159,5 km. En el recorrido, el techo de la prueba, el Col de L’Iseran (2.770 m) –que cumple 70 años– y el combinado entre el Télégraphe y el Galibier (2.645 m), casi 40 km de subida.

Ayer nos levantaron los vampiros para hacernos un control de sangre. Mejor ayer que hoy, que nos suena el despertador a las nueve de la mañana. Después, tras el desayuno, asistimos a una rueda de prensa, y a las once salimos con la bicicleta. Porque en el día de descanso no hay que perder la rutina de la bici. Nos subimos el Iseran, el primer puerto de hoy. ¡Vaya subida! ¡Va a hacer mucho daño! El primer tramo se hace más o menos bien, pero el viento está en contra y eso marcará diferencias. Y después, doce kilómetros ganando altura.

El que vaya bien tirará hacia delante casi sin darse cuenta. Yo tengo mis dudas para la etapa de hoy, pero quiero sacar pecho y afrontar el día con todas las ganas posibles. El cuerpo no es matemáticas y lucharemos por estar en cabeza, porque el descanso me vino bien. Mi compañero de habitación, Astarloza, y yo tenemos la rutina de dormirnos pronto. Una vez nos dijeron que en una gran vuelta si te quitas una hora de sueño diaria, al final pierdes 24. O sea, un día entero que no has descansado.