El Pizjuán se enciende contra Ramos y Ceballos

  • El capitán del Real Madrid y el ex bético fueron el objeto de las iras de la afición sevillista.
  • Ramos falló un penalti que habría supuesto el 2-1, se marcó en propia puerta el 3-0 y anotó, también desde los 11 metros, el 3-2.
  • Ceballos, muy activo y muy pitado cada vez que tocaba un balón.
Sergio Ramos y Ben Yedder pugnan por un balón en el Sevilla-Real Madrid.
Sergio Ramos y Ben Yedder pugnan por un balón en el Sevilla-Real Madrid.
EFE
Sergio Ramos y Ben Yedder pugnan por un balón en el Sevilla-Real Madrid.

Aunque el Real Madrid no se jugaba nada y el pensamiento de todo el equipo, pese a ser un once plagado de los menos habituales, estaba en Kiev, se encontraron con un Sevilla que se tomó muy en serio el encuentro. No sólo el equipo de Joaquín Caparrós en su reestreno al frente de los nervionenses apretó, sino también la grada supo cómo llevar a los suyos a la victoria.

El ambiente hostil fue para todo el equipo madridista, pero sobre todo para dos futbolistas, por motivos distintos: Sergio Ramos y Dani Ceballos. Al capitán del Real Madrid no le pilló por sorpresa. Cada vez que vuelve a la que fue su casa, recibe el 'cariño' de sus ex aficionados. Los insultos y pitos cada vez que tocaba un balón no amedrentan, ni mucho menos al camero, que se crece en situaciones así. No le tembló el pulso, ni mucho menos, para lanzar una falta o incluso un penalti... que mandó al larguero. La reacción sevillista fue de júbilo, como era normal, ya que habría supuesto el 2-1 y un severo golpe de moral para los madridistas en busca de la remontada.

Ramos tuvo mucho protagonismo, no sólo por lo emocional o por su pelea con la grada, sino también porque le tocó suplir la labor de un Jesús Vallejo que, de nuevo, mostró más debilidad de la que se espera de un central en el Real Madrid y de un Theo que tampoco cumplió, otra vez, para suplir a Marcelo. Para redondear su noche negra, se marcó en propia puerta el 3-0. Sobre los instantes finales, salvó la honra del penalti fallado marcando el de la falta sobre Theo en el área en los instantes finales. Pidió perdón a la grada: Ramos no olvida de dónde salió y, aunque le odien, él sigue sintiéndose tan sevillista como madridista.

El otro gran enemigo de la afición del Sevilla fue otro viejo conocido, aunque esta vez por ser ídolo en la casa de enfrente. Dani Ceballos se encontró con la titularidad en este encuentro, empujado por las bajas de un Zinedine Zidane que dice no pensar en la final de Champions, pero que dejó a varios puntales fuera de la convocatoria de inicio. El ex verdiblanco tampoco se escondió de los enfrentamientos con los que fueron sus grandes enemigos: para un bético, ganar al Sevilla está por encima de todo. Y viceversa.

Antes de ser sustituido y recibir una de las mayores pitadas de su vida, Ceballos protagonizó una imagen que casi acaba en tángana seria. David Soria estaba en el suelo doliéndose por una falta, y el madridista se le acercó para presionar. En cuanto se echó encima del portero, que sacó rápido a petición de Mateu Lahoz, los jugadores del Sevilla cercanos le empujaron para que se fuera de ahí. Todo quedó en un conato de bronca, pero que da muestra de que en el Pizjuán tampoco le quieren bien.

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