Samuel Sánchez, primer oro para España

El equipo olímpico español alcanzó su primera medalla en los Juegos de Pekín gracias a
Samuel Sánchez, el ciclista asturiano del Euskaltel-Euskadi, que se colgó el oro tras 6h 23 min 49 seg de carrera y confirmó el enorme potencial del conjunto español en el ciclismo, cuya prueba de fondo en carretera se disputó éste sábado sobre 245 kilómetros. Una modalidad, el fondo, en la que España nunca había conseguido una presea.
Davide Rebellin y
Fabian Cancellara, de Italia y Suiza, completaron el podio.

Sánchez
llegó al último medio kilómetro con otros cinco corredores: el luxemburgués Andy Schleck, el italiano Davide Rebellin, el suizo Fabian Cancellara, el ruso Alexander Kolobnev y el australiano Michael Rogers. Los seis devoraron las pendientes del último kilómetro, en cuesta, y se presentaron ante la meta. Atacó primero Kolobnev, contraatacó por la izquierda Rebellin y por la derecha, a cien metros, apareció Sánchez.

En una secuencia de imágenes que pasará al imaginario olímpico, como cuando Antonio Rebollo encendió el pebetero de Barcelona 1992 con un arco y una flecha, Sánchez impuso su punta de velocidad ante el pío Rebellin, el fervoroso corredor italiano que cumplía 37 años.

“¡Madre mía!
Esto es un sueño. Es la mejor carrera que puede ganar un ciclista: ganas un día y disfrutas de esta victoria durante cuatro años”, bromeaba, feliz, entre los abrazos que se daba con Alberto Contador, con Fulgencio Sánchez (presidente de la Federación Española de Ciclismo) y otros integrantes de la expedición española.
Reacción de Samuel Sánchez

La victoria de Samuel tuvo un momento clave:
el ataque de Andy Schleck a doce kilómetros del final. El asturiano reaccionó junto a Davide Rebellin y los tres, rápidamente, abrían hueco ante un grupo en el que no había respuesta.

El trío se encontró con una brecha de diez segundos; la meta, más cerca a cada pedalada.
Las medallas tenían dueños y así lo entendieron los fugados, que rápidamente pasaron a colaborar. Por detrás, Kolobnev y Rogers demarraron en un intento desesperado por conectar, pero no terminaban de recortar las diferencias. Y más atrás, un grupo principal con Valverde incluido, que se alejaba a casi medio minuto.

Pero el reparto mental de medallas que se hacía el trío de cabeza se esfumó por la
irrupción del suizo Fabian Cancellara. Cancellara, en una portentosa lección de potencia, saltó del grupo de favoritos en los últimos siete kilómetros, logró neutralizar a Kolobnev y Rogers y lideró su entrada en el trío de cabeza pocos metros después de haber pasado bajo el arco del último kilómetro. Tres nuevos inquilinos para tres medallas. Pero Sánchez no falló.
Sastre, también en fuga

Hasta el momento clave, la prueba estuvo protagonizada por los previsibles y
numerosos intentos de fuga que, por momentos, neutralizaron las selecciones más potentes, con Italia, España, Estados Unidos o Rusia. El más largo, el protagonizado por el chileno Almonacid y el boliviano Gallardo, que se escaparon en las calles de Pekín ante el relajado inicio de un pelotón que rodaba a 25 km/h durante la primera hora. Cicloturismo.

Los suramericanos llegaron al circuito de la Gran Muralla (al que había que darle siete vueltas) con un margen de diez minutos. Con la llegada de la parte decisiva comenzaron los movimientos importantes. El más destacado, hasta la fuga final, fue el que formaron 25 ciclistas, con Carlos Sastre, el luxemburgués Kirchen o el alemán Voigt incluidos.
Alberto Contador y
Óscar Freire no pudieron concluir la prueba. Pero el oro de Samuel Sánchez, tercero en la pasada Vuelta a España y séptimo en el pasado Tour, dejan sus abandonos en anécdota. Como anecdóticas y proféticas resultan, también, las palabras del seleccionador, Paco Antequera, el día anterior a la prueba: "¿Fracaso no subir al podio? No sé si llamarlo fracaso o decepción, pero, con estos corredores, que han ganado mucho esta temporada, es para exigirnos el oro. Luego saldrá lo que salga".
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