La escudería Red Bull tiene un 2019 por delante muy dubitativo. El equipo de las bebidas energéticas, nacido a partir de las cenizas de la escudería Jaguar, montará motores Honda y no Renault por primera vez en el campeonato de Fórmula 1. La que fue gran dominadora entre 2009 y 2013, con cinco títulos mundiales de constructores y cuatro de pilotos (los cuatro de Vettel) contará en sus filas con Max Verstappen, uno de los grandes talentos jóvenes que ya despunta, y Pierre Gasly, recién ascendido desde Toro Rosso para sustituir al huido Daniel Ricciardo.

El gran diamante de la parrilla. Capaz de lo mejor y de lo peor, el piloto más joven de la historia en ganar un Gran Premio (lo hizo en su debut con Red Bull, nada más ascender desde Toro Rosso, en el GP de España de 2017) llega a su cuarta temporada en Fórmula 1 más en forma que nunca. Aunque en 2018 dejó claro que su carácter no es para muchas bromas, su talento en la pista y su agresividad le convierten en un espectáculo garantizado cada vez que sale a la pista. Será el líder del equipo, aunque tendrá a su lado a otro 'cachorro' de Red Bull con ganas de brillar: Pierre Gasly.

La última gran perla de la Red Bull Academy. Este galo viene con la vitola de gran talento, algo que ya ha demostrado tanto en su paso por las World Series by Renault como en la GP2, que conquistó en 2016. La extraña política que ha seguido Red Bull con Daniil Kvyat le dio su oportunidad en 2017 con Toro Rosso, con quien disputó cinco carreras. En 2018 tuvo una primera temporada completa con los de Faenza, con el 4º puesto de Bahréin como su punto álgido. Es el elegido para sustituir a Daniel Ricciardo y apretarle los tornillos a Verstappen.