Óscar Ortega del Río (Motevideo, Uruguay, 1958) es uno de los pilares sobre los que se sustenta el Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone. El preparador físico se ha convertido en un referente del trabajo y esfuerzo, claves de la filosofía conocida como el 'cholismo' y que, a veces, le ha convertido en el enemigo número 1 de los propios jugadores rojiblancos.

Pese a ser una auténtica pesadilla para los que están a su cargo, el 'Profe' se ha ganado el respeto unánime de la plantilla. Fue precisamente por su pasado juntos, cuando Simeone volvió al Atlético como jugador, por lo que sus destinos se unieron en 2006. Ortega formó parte del cuerpo técnico de Gregorio Manzano a partir de la 2003/04, pero su debut en España fue años antes, en 1999, cuando Marcos Alonso le llevó al Sevilla a su llegada tras el Racing de Santander.

En su primera etapa en el Atlético, Ortega se granjeó la amistad de los que en ese momento eran jugadores a su cargo: el propio Simeone y Germán 'el Mono' Burgos, hoy sus jefes directos. Cuando Manzano fue despedido y firmó por el Málaga, el 'Profe' se fue con él, hasta que sus caminos se separaron.

Fue en 2006 cuando un Simeone que empezaba a caminar por los banquillos le llamó. Desde entonces, son inseparables. Junto al argentino, Ortega ha pasado por Racing de Avellaneda, San Lorenzo de Almagro, Estudiantes de la Plata, River Plate, Catania y Atlético de Madrid.

Su disciplina férrea y sus exigencias casi militares han hecho de Ortega un referente en la preparación física, y pese a las dificultades que ello conlleva. El último ejemplo fue el de Diego Costa que, a su vuelta al Atlético de Madrid, se puso a sus órdenes directas hasta alcanzar un estado de forma óptimo después de varios meses de inactividad. El trabajo del 'Profe' le hizo recuperar el tono y llegó a finales de la temporada 2017 en perfectas condiciones.