Úrsula Pueyo: "Yo no me rindo: si veo un obstáculo, lo supero"

La esquiadora paralímpica Úrsula Pueyo realiza una bajada.
La esquiadora paralímpica Úrsula Pueyo realiza una bajada.
SERVIMEDIA
La esquiadora paralímpica Úrsula Pueyo realiza una bajada.

La esquiadora mallorquina Úrsula Pueyo tuvo el viernes el honor de ser la abanderada española en la ceremonia de apertura en los Juegos Paralímpicos de Invierno de Vancouver. Este lunes, en su debut, no pudo acabar la primera manga del eslalon al sufrir una caída en la segunda puerta. Tendrá una nueva oportunidad mañana en el gigante.

¿Qué tal sienta ser la elegida como abanderada?

Es un orgullo. Soy española y ¡qué mejor que llevar la bandera, encabezando la delegación española!

¿Cuándo se lo dijeron?

Nada más llegar a Canadá.

¿Cuál fue su reacción?

Bastante tranquila. No di gritos ni nada. Soy bastante vergonzosa y tímida.

Como en los Juegos Olímpicos de Invierno, en los Paralímpicos España también está muy lejos de ser una potencia, ¿por qué?

Es un problema general. De base. En estos Juegos sólo tenemos representación en un deporte, el esquí.

Son sus primeros Juegos. ¿Cómo se los imaginaba?

No quise imaginármelos porque me podrían defraudar.

¿Qué se ha encontrado?

Me ha sorprendido la organización y el ambiente.

¿Tienen algo que ver con otra competición?

Aquí no sólo se vive la competición. La excusa es el esquí. Estoy flipando con la convivencia entre los países. Hay mucha más rivalidad en la Copa del Mundo o de Europa.

¿Con qué resultado estaría contenta?

Voy a arriesgar e intentar hacerlo lo mejor posible, pero la medalla está complicada. ¡Sólo llevo tres años esquiando!

¿Cuáles son las opciones de medalla españolas?

En discapacitados visuales somos muy buenos, como ya ha demostrado Jon Santacana con la primera medalla de plata, en eslalon.

¿Cuál es la clave en el esquí para discapacitados físicos?

Por supuesto, el equilibrio es muy importante, pero también hay que saber superar el tiempo, la nieve, las pistas... Nunca se puede esquiar en condiciones perfectas. Para mí, es el deporte más duro porque depende y se desarrolla en un medio natural.

¿Se dedica, exclusivamente, al deporte?

Ahora sí. Dejé Magisterio en Educación Especial cuando aprendí a esquiar. Antes, he estudiado Educación Social. Me quedan sólo las prácticas y este año termino.

¿Cómo se quedó usted discapacitada?

Con 15 años, iba en moto y un coche adelantó por donde no debía y me dio de frente. Tuvieron que amputarme la pierna derecha.

¿El deporte le ha ayudado?

He hecho deporte toda mi vida: natación, voleibol... Nunca he estado quieta y ésa era la máxima preocupación de mi familia después del accidente, que no perdiera esa chispa.

¿Existen muchas barreras en las estaciones de esquí?

Para mí, no, la verdad. Los discapacitados visuales siempre van acompañados, o sea que tampoco. Lo más sencillo es rendirse y yo no me rindo nunca: si veo un obstáculo, lo supero. De todas formas, hay personas con dos brazos y dos piernas que son más discapacitadas que nosotros.

BIO (21-12-1983, Palma de Mallorca). Vive y se entrena en el Centro de Tecnificación de Baqueira Beret (Lérida).

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