Rafa Nadal sigue su particular recuperación física y mental en el US Open y, tras superar a Kiefer en la segunda ronda, se medirá esta tarde a su compatriota Nicolás Almagro por un hueco en los octavos de final (19.00 horas).

Aún así, su juego en el último Grand Slam del año sigue siendo irregular y, saber si llegará a las rondas finales, es una incógnita. Ante Kiefer, Nadal volvió a prescindir de su revés cortado y los rivales lo saben. Ese defecto le valió para ceder un set y tener que jugar a remolque, con el esfuerzo físico que conlleva. Su saque tampoco es nada del otro mundo.

Pese a ello, Rafa mantiene su dinámica y quiere ser positivo: "No es cuestión de ponerse notas. Hay que estar contento de que hubo una adversidad y se ha superado. También tensión y he salido adelante. Tengo que ser más agresivo en el resto y para el próximo partido lo tengo claro", señaló tras el encuentro de segunda ronda.

En la tercera fase, Nadal tiene una nueva oportunidad de volver a sentirse bien sobre la pista y de poder ganar moral para optar a menesteres mayores (Djokovic, Murray o Federer) en el último grande del año.