Había curiosidad por ver qué cara iba a mostrar en Atenas el Real Madrid, un equipo acostumbrado últimamente a ser El Doctor Jekyll y Mister Hyde, la novela de Stevenson. Si la de un conjunto capaz de pasar por encima de cualquiera, como ocurrió en Valencia (1-5), o el de once jugadores superados por el ambiente y la presión, como sucedió ante el Sevilla (2-0).

La intriga no quedó resuelta, pero un Real Madrid fallón hasta más no poder perdió ante Olympiakos una magnífica oportunidad para dejar sentenciado su pase a los octavos de final de la Champions. Bernd Schuster, técnico blanco, confió la canalización del juego a Diarra, Gago y Sneijder, pero pronto entendieron que el camino más corto era trazar una línea recta.

Así, el medio holandés, que  ayer hizo de Guti, a los diez minutos lanzó un balón largo a la izquierda que dejó solo a Robinho, pero el delantero brasileño no tuvo la claridad de otros días y estrelló su tiro en  Nikopolidis.

El monólogo blanco siguió hasta el descanso con un lanzamiento de Sneijder, una acción de Diarra que se estrelló en el palo y una vaselina de Van Nistelrroy al larguero.

La cantinela fue la misma en la segunda mitad: un Real Madrid que se topaba una y otra vez ante el guardameta Nikopolidis, que hizo el partido de su vida y dejó al conjunto blanco sin ganar en tierras helenas después de nueve visitas.

8-0 del Liverpool al Besiktas

El Liverpool de Rafa Benítez goleó ayer al Besiktas turco por

8-0 y consiguió la mayor goleada en la historia de la Liga de Campeones. Los tantos se los repartieron Crouch (2), Benayoun (3), Gerrard (1) y Babbel (2). Las anteriores marcas las tenían Juventus y Arsenal, que endosaron un 7-0 a Slavia y Olympiakos, respectivamente.