Otro gatillazo de Kimi Räikkönen

Kimi Raikkonen y su esposa, Minttu Virtanen.
Kimi Raikkonen y su esposa, Minttu Virtanen.
EFE
Kimi Raikkonen y su esposa, Minttu Virtanen.

Kimi Räikkönen cuenta sus carreras acabadas en 2018 por segundos puestos. En una campaña en la que Ferrari ha comenzado llevando la voz cantante, aún no sólo no ha ganado, sino que tampoco ha estado a la altura de su compañero Sebastian Vettel en las clasificaciones: el alemán lleva tres poles consecutivas, el finlandés ninguna y hay que remontarse a Mónaco 2017 para ver la última.

Sin embargo, el campeón del mundo de 2007 ha tenido la habilidad de mantener su condición de favorito en todas las clasificaciones disputadas... hasta el momento final. La de Azerbaiyán ha sido el último ejemplo. Fue el mejor en la Q1 y en la Q2, pero en el último intento y en la última curva, cuando ya venía a ritmo de récord del día, falló. No remató la faena como se esperaba. Tuvo, como se dice popularmente, un gatillazo.

Este tipo de actuaciones son las que generan muchas dudas en torno a la continuidad de Räikkönen en Ferrari. Si por carácter no se gana el apoyo de la afición (ni de buena parte de los responsables del equipo), tampoco da muchos argumentos deportivos para seguir. Al menos no le pesan los galones para describir, de manera muy gráfica, sus fallos. Referido a su error en la clasificación de Bakú, fue claro: "Obviamente, ha sido una cagada. Nos ha costado unas cuantas posiciones. Ahora mismo, estoy decepcionado con lo que ha pasado. Y lo he estado unas cuantas veces. ¿Qué se puede decir? Sólo puedo mirarme en el espejo. Es doloroso".

Los datos son clamorosos: mientras que Vettel es líder de la clasificación general, Räikkönen es 5º, por detrás de Daniel Ricciardo y por delante de Fernando Alonso. 30 puntos lleva en su casillero el finlandés, por 54, casi el doble, su compañero. No se puede permitir fallar más en los momentos clave.

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