En esta vida, tan lícito es ponerse límites como no hacerlo. Jesús Juárez ha optado por la segunda opción.

Y eso que no lo ha tenido nada fácil. Este madrileño de 19 años tiene hemiparesia desde nacimiento, algo que no le ha impedido ir alcanzando metas, sueños y objetivos que, a priori, podían resultar una utopía.

Por eso, a él le gusta contar su historia a través de la superación. Como la que significa correr una carrera de 42 kilómetros, que es lo que hará, por segunda vez, el próximo domingo en la capital. "Corro este tipo de pruebas por superación personal y por mejorar, por conseguir lo que me propongo", cuenta a 20minutos.

El año pasado corrió la Maratón de Madrid en 5 horas, así que en la edición de este año se propuso un nuevo reto: bajar de las 4 horas y media. Sin embargo, un contratiempo se lo pondrá aún más difícil. "Esta semana he estado lesionado y ha sido un poco más complicado, pero sé que será muy especial. El objetivo era bajar de 4 horas y media, pero me lesioné, así que he decidido bajar, al menos, de las 5".

Lo que tiene claro Juárez es que no se perderá una prueba a la que le ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo. "Suelo entrenarla con distancias cortas al principio y de la mano de alguien siempre, porque a mí me cuesta muchísimo coordinar, ya que por la hemiparesia la pierna derecha me falla. A medida que pasan los meses, y se acerca la maratón, los entrenamientos son más intensos y con más kilómetros. Los encaro de manera muy bonita, pero también sufro bastante", admite.

Su idilio con el deporte comenzó hace apenas cuatro años, y fue gracias a un familiar. "Mi tío José Nicolás me lo inculcó. Él vino en 2014 correr la maratón de Madrid y me dijo que algún día yo podría correr una maratón. Desde entonces, empecé a entrenar, a coordinar y hasta ahora".

Cuatro años después, su día a día ha cambiado por completo. "Correr me ha dado la vida. Porque, de no poder correr, y ni casi andar, a poder coordinar... Eso sí, yo tengo que pensar que voy corriendo, porque si no no funciona la pierna derecha. Todo esto me ha dado la vida porque ahora veo el valor que tiene cada paso que doy, y a veces no nos damos cuenta de eso", asume.

Porque los ojos de Jesús miran al futuro con esperanza, pero esconden un pasado muy duro. "La niñez y la adolescencia fueron muy complicadas, porque los niños son muy crueles. Tuve una depresión y durante tres años, en cuarto, quinto y sexto de primaria, estuve yendo a un psicólogo. Me veía diferente al resto de personas. Por ejemplo, el resto de niños se podía montar en un columpio y yo no, me giraba y veía a mi madre llorar. Y eso me impactaba demasiado".

Una etapa de la que logró salir gracias a su gente y al deporte. "Le debo mucho a la gente de mi alrededor. También a esto de correr. El deporte hizo que cambiara mi percepción. Me dije 'a lo mejor es posible'. Las rehabilitaciones las enfoqué hacia la coordinación para poder dar pasos sin caerme, quitarme los aparatos de las piernas... Son cosillas que me iban motivando".

Por su historia, por su motivación y por sus resutlados, el madrileño se ha convertido por méritos propios en un ejemplo a seguir. "Siento que puedo aportar mi granito de arena a esas personas que no pueden correr, a las personas que se ponen excusas y dicen que no pueden o no quieren porque no tienen tiempo. Yo les diría que, si de verdad tienes un sueño, se lo tomen en serio y que todo se puede conseguir con actitud".

Así, ¿quién habla de límites con Jesús? "Es que no los hay", sentencia él.

El madrileño le dedica mucho tiempo al deporte, "unas seis o siete horas a la semana". El resto lo reparte entre su gente y su otra pasión, la interpretación.

"Si no estoy corriendo, me dedico a interpretar, a trabajar y a descansar", asegura. "Soy actor, me he formado para ello, y hago lo que puedo y me sale, porque es un mundo muy complicado. Por eso los fines de semana trabajo en una tienda". Es su plan B, "como el de muchos actores", ríe.

Humorista, actor... y "buena persona", se define. "Soy muy humilde, honrado y ahora empatizo mucho con los demás. Tener un problema te hace ver cómo se siente el resto".

Se refiere a la disminución de la fuerza motora o parálisis parcial que afecta un brazo y una pierna del mismo lado del cuerpo. Es la consecuencia de una lesión cerebral, normalmente producida por una falta de oxígeno en el cerebro.

En el caso de Jesús, ahora con 19 años, vive con ella desde nacimiento. Le afecta todo el lado derecho. "Tengo menos sensibilidad y falta de coordinación".