Héctor del Mar, ‘el hombre del gol’, murió este lunes a los 76 años. Su voz tardará algunas generaciones más en hacerlo, a juzgar por las muestras de cariño con que fue recibida la noticia en las redes sociales. Quienes tuiteaban anoche eran, con 30 o 40 años más, los mismos que sintonizaban sus transmisiones con acento argentino desde el Santiago Bernabéu o el Vicente Calderón en tiempos en los que la televisión apenas ofrecía, con suerte, uno o dos partidos por jornada.

En la Cadena Ser, en Radio Intercontinental o Radio España, Del Mar no cantaba los goles: los vivía y los revivía. En su garganta, un gol era una goleada. Un espectáculo digno de ser repetido al acabar el partido, para dar tiempo al hincha a coger una cinta y poner el radio cassette a grabar. Algo digno de ser conservado.

Estiraba la vocal del ‘goool’ y las consonantes al final de las palabras, como la n de ‘balónnn’. Empleaba mil muletillas de cosecha propia y regaba las transmisiones con menciones publicitarias inolvidables: quien le escuchara recuerda la dirección de los restaurantes La Hoja y Atrapallada, sabe que para dar gusto al paladar Ricardo Benito hay que tomar y no podrá olvidar el consejo más pegadizo de todos: “Corre, corre, corre a Desguaces La Torre, La Torre, La Torre”.

Con otro ilustre narrador radiofónico de su época también desaparecido, Andrés Montes, Del Mar tenía la costumbre de poner apodos a los jugadores: Vicente ‘Cámara lenta’ del Bosque, Hugo ‘Tequila’ Sánchez, Paulo Futre ‘La perla del Montijo’, Manolo ‘Ceja’ Sanchís, 'Pantera Rosa' Sarabia, 'Vendaval' Quini, ‘Bubú’ Hierro... Se refería a Bernd Schuster como ‘El alemán, el germano, el nibelungo’ y se explayaba con José Miguel González Martín del Campo ‘Fenómeno’ Míchel, todo del tirón.

En los años noventa, con la llegada a España de las primeras televisiones privadas, Del Mar adquirió otro tipo de popularidad, la de la televisión, como comentarista del catch, la lucha libre americana, en Telecinco. Al no aparecer en pantalla, de nuevo fue su voz lo que se quedó grabado en miles de espectadores. El programa alcanzó tal popularidad que, casi tres décadas después, la lucha libre se conoce en España como ‘Pressing Catch’, cuando en realidad aquel ‘Pressing’ original no era más que la cabecera que empleaba Telecinco para sus emisiones deportivas, como ‘Pressing Fútbol’ o ‘Pressing Boxeo’. En las últimas dos décadas, su voz siguió vinculada más al ring que al césped.

En las redes, junto a los mencionados elogios y recuerdos, pueden revivirse algunas de sus narraciones más recordadas. Viendo semejante despedida, una de sus muletillas más recordadas ahora se le podría aplicar a él: “¡Héctor! ¡Héctor! ¡Héctor! ¡Cómo te queremos, Héctor!”