¿Se esperaba la medalla?

No, pero sabía que podía hacer una buena posición.

Saltó 1,98 y su reto para los Europeos, en agosto, es 2,03, ¿son muy largos esos 5 cm?

La base es el entrenamiento, el esfuerzo, la madurez…

Creo que tiene un plan para mejorar esa marca...

Es un reto. Yo salto con 7 zancadas y lo intentaré con 9. Empezaré esta semana.

¿Quién decide arriesgar, usted o su entrenador?

Los dos. Él hace la planificación y si cree que es lo mejor, no creo que se equivoque.

Él dice que los Juegos de Pekín coincidirán con su plenitud como atleta…

Me encantaría. A Atenas fui lesionada y en Pekín creo que estaré en buen momento.

¿Siempre ha tenido clara su prueba?

A veces hago otras para des-inhibirme, como longitud, 200 metros… pero no lo entreno. Mi prueba es la altura y nunca he pensado en cambiar.

¿Cómo llegó al salto?

Somos 5 hermanos y todos hemos hecho atletismo ¡No podía ser la oveja negra! Destaqué en altura y me quedé.

¿Qué le dicen ellos?

Como soy la peque, están contentos. Me entienden cuando me sale mal y bien.

¿Ha conseguido ya su mayor reto como deportista?

No, no. Mi mayor sueño es lograr una medalla olímpica.

Su novio también es atleta...

Cuando empezamos a salir, venía a verme entrenar. Mi técnico le dijo que lo suyo era el lanzamiento de jabalina y el pasado año quedó campeón regional de Cantabria.

Supongo que eso ayudará a su relación…

Más que nada, el pobre me aguanta. Vivimos juntos desde hace dos años y yo intento no llevarme el trabajo a casa.

¿Cómo lleva la casa, entrenarse, estudiar una carrera...?

Tengo una madre fabulosa que me invita a comer todos los días.

BIO

Santanderina, de 26 años, Beitia combina sus entrenamientos de salto de altura con los estudios de fisioterapia.