Con lo más duro del Giro de Italia aún por disputarse, esas amenazantes etapas dolomíticas de la tercera semana, la última jornada por tierras neerlandesas, que concluyó en Middelburg y en la que apareció el viento, volvió a deparar montoneras, cortes y un cambio de líder.
Una caída, la enésima del día, cuando a la tercera etapa le restaban una veintena de kilómetros dejó en cabeza a un grupo de 30 corredores entre los que se encontraban Ivan Basso y Vincenzo Nibali o el kazajo Vinokourov. Un primer grupo que se jugó la victoria en una llegada caótica en la que el belga Wouter Weylandt fue el más listo, pero Vinokourov, el más beneficiado.
Detrás, cortados a 15 segundos, rodaba otro pequeño grupo con el australiano Cadel Evans, hasta ayer líder, y Carlos Sastre. La gran baza española se ha dejado casi minuto y medio en los Países Bajos. La inercia del sprint acabó condenando a su grupo, que finalmente cedió 46 segundos en la meta. A cuatro minutos, el británico Wiggins perdió sus opciones para la general.
Este martes, la prueba descansa. El miércoles, en Italia, se disputa una crono por equipos de 32,5 km en Cuneo.
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