El Real Madrid alcanzó la final del Mundial de Clubes después de derrotar con facilidad al Kashima Antlers, en un partido en el que el jugador más destacado fue Gareth Bale, que tras anotar un brillante hat trick, dejó su mejor partido de la temporada.

El jugador galés no marcaba tres goles en un mismo partido con la camiseta blanca desde que lo hiciera el 9 enero de 2016, cuando participó activamente en la goleada del Real Madrid frente al Deportivo de la Coruña.

No está siendo una campaña fácil para él, que después de la salida de Cristiano Ronaldo estaba llamado a ser el gran líder del proyecto blanco. Sin embargo, le está costando asumir ese rol, si bien es cierto que en una cita importante, como han sido las semifinales de este Mundial de Clubes, ha tirado nuevamente del carro.

Tan cierto es que el jugador galés es señalado de forma constante por su irregularidad, como que en momentos importantes ha aparecido para marcar la diferencia. El caso más evidente fue la final de Kiev frente al Liverpool, en la que salió desde el banquillo para darle el título a su equipo con un doblete.

No es la primera vez que ocurre, ya que hay otras actuaciones importantes sobre su espalda, como la de la final de la Copa del Rey frente al Barcelona en 2014, anotando el famoso gol ante Bartra, o el gol del 2-1 ante el Atlético de Madrid en la final de la Champions de ese mismo año. Ahora, lo que le pide la afición es que ese rendimiento se traslade al día a día.