Fernando Alonso aseguró en Hockenheim, donde se disputa este fin de semana el Gran Premio de Alemania, que está "tranquilo", ya que considera que las cosas van "por buen camino".

"Estoy tranquilo. Tengo los mismos puntos (de ventaja) que tenía después de Imola o de Nuerburgring y han pasado seis o siete carreras más, o sea que vamos por el buen camino", explicó Alonso.

"Lo que está claro es que llegan carreras importantes, muy seguidas, como estas dos de estas dos semanas, Hockenheim y Hungría, y luego viene Turquía, en las que no podemos cometer otro error", comentó el líder del Mundial.

"Preocupación, ninguna. Lo único la fiabilidad del coche, que espero se siga manteniendo cien por cien. Espero no cometer ningún error yo y de esta forma seguir sumando podios y así la diferencia seguro que se mantiene", opinó el piloto asturiano.

Diferencias con el equipo Ferrari

Sobre la diferente forma de trabajar de Ferrari, equipo en el que el brasileño Felipe Massa está supeditado a Schumacher, y Renault, en el que no parece estar del todo claro quién es el primer piloto, el del Principado opinó: "Llevo seis años aquí, sé la política que tienen y su manera de ver las cosas y la importancia que le dan al campeonato de constructores".

"No quieren sacrificar nada por nadie. Quieren dar las mismas oportunidades a los dos e ir a por la victoria o el podio con los dos pilotos. Siempre ha sido así, siempre va a ser así y esto es lo que hay", declaró.

"Ni entro en la lógica, ni en la no lógica. Yo entro en el coche, cierro la visera, corro, me bajo y voy a casa y el año que viene, o cuando tenía más ofertas encima de la mesa, valoro lo que me han dado aquí y lo que me pueden dar en otro sitio", sentenció el guaje.

Sentenciar cuanto antes

Alonso, con seis victorias este año y segundo en cuatro, sólo tiene una meta: ganar en Alemania y frenar el pequeño avance de Schumacher. Sabe que cuanto antes entierre las esperanzas de Ferrari, que parecen aumentar carrera a carrera, mucho mejor.

Consciente de la enorme carga psicológica de una victoria, el ovetense manifestó hace unos días que la victoria en Hockenheim vale "más que diez puntos" .

En Francia, Schumacher sumó el segundo triunfo consecutivo , pero la ventaja en el liderato aún es grande con 96 puntos para Alonso y 79 para el germano. En las batallas que quedan los especialistas lo tienen claro: la prestación de los neumáticos será clave.

Sobre el papel, los Bridgestone de Ferrari parecen aventajar a los Michelin de Renault en condiciones calurosas -las que se prevén en tierras alemanas-, motivo por el cuál el propio Alonso estuvo probando diferentes compuestos la pasada semana en el circuito español de Jerez.

Mucha confianza en Renault

Pero a pesar de que no las tienen todas consigo en cuanto a gomas, en la escudería francesa son optimistas. Confían mucho en Alonso, quien el sábado (día de la calificación) cumplirá 25 años. El asturiano ha demostrado su fuerza y estará en cabeza.

El jefe de ingeniería de Renault, el británico Pat Symonds, recordó que Michelin ya ganó "con altas temperaturas en Canadá" y anunció que la escudería estrenará mejoras en cada pista.

Mientras, Schumacher luchará ante su público, pero en el feudo de Mercedes, empresa que suministra motores a McLaren, donde también Raikkonen y Pedro de la Rosa esperan presentar batalla.

Para De la Rosa será la segunda carrera tras sustituir a Montoya. En Francia fue felicitado por los responsables de la escudería de Ron Dennis, aunque acabó séptimo. Marcó un buen ritmo de carrera y, ahora, espera mantenerlo pero en cabeza.

Aspira a la victoria, no tiene nada que perder y, aunque suene a fantasía, ganarse el volante para 2007 junto a Alonso está en su mente.

A falta de siete carreras, recordemos que a Alonso le bastaría -incluso con un pleno de triunfos de Schumacher- con ser segundo en todas ellas para asegurarse un nuevo título.

Pero las carreras hay que disputarlas, una inoportuna salida de pista, un accidente o una rotura del motor podrían cambiar mucho las cosas en sólo un gran premio. Por eso, Alonso será prudente hasta que no vea el título en sus manos matemáticamente.