Fernando Alonso fue uno de los protagonistas de la primera jornada de los test de Bahréin, junto a la inesperada lluvia y a Mick Schumacher. El asturiano, retirado del Gran Circo desde la pasada temporada, se mostró totalmente en forma en la jornada de trabajo dedicada a dar datos a Pirelli para que desarrollen los neumáticos de esta y, sobre todo, la próxima temporada.

Tras acabar la jornada, Alonso respondió a los periodistas sobre si este reencuentro con un Fórmula 1 le había reabierto el apetito. "No me tienta volver. Lo que tenía que conseguir en la F1 o incluso más de lo que había soñado nunca, ya lo logré", dijo, pero como ha hecho en los últimos días, dejó entreabierta la puerta al regreso: "Si algún día vuelvo, cosa que dudo porque mi decisión de dejar la F1 es firme, es para ganar el Mundial. Acabar 7º, 6º o 4º no es tentador todavía", zanjó al respecto.

Alonso destacó que el MCL34 es "un paso adelante" con respecto al MCL33, su último coche en el Gran Circo. "Este año hay una buena base, un buen programa de evolución y creo que va a ser una temporada mucho mejor. El año pasado empezamos bien, pero luego paramos la evolución en mayo o junio y eso nos hizo sufrir hasta Abu Dhabi", recordó.

Alonso es uno de los pocos pilotos que puede decir que ha pilotado contra dos hijos de dos pilotos contra los que también ha corrido. Le ocurrió con Max Verstappen y su padre Jos, y le acaba de ocurrir con Mick Schumacher.

"Tiene un gran futuro, lo hizo muy bien en otras categorías. Creo que este año es muy importante para él en la F2 porque hay varios pilotos top con mucha experiencia y no será una temporada fácil. Espero que podamos verle tener éxito y ojalá también en la Fórmula 1. Será bueno para el deporte y la familia Schumacher siempre será especial en un F1", dijo el asturiano, que ganó al 'kaiser' su segundo título en 2006.