En una jornada marcada por la lluvia en las pistas exteriores del recinto del US Open, Roger Federer provocó el silencio sepulcral en la pista Arthur Ashe en su partido contra el bosnio Damir Dzumhur, pero acabó generando ovaciones constantes que obligaron a la juez de silla a pedir silencio.

El suizo, en su partido 100 en el US Open, se impuso por 3-6, 6-2, 6-3 y 6-4. Nuevamente, como con Nagal, necesitó cuatro sets para imponerse a un tenista teóricamente inferior. Y de nuevo como en aquel encuentro fue porque tuvo un arranque nefasto. No le salió nada: ni su revés, ni su saque, ni siquiera las bolas lejanas.

Dzumhur se vio con un 6-3 a favor... pero todo acabó ahí. Después de un pésimo primer set, Federer reaccionó con fuerza y sacó adelante un partido que se quitó de encima sin mayores. El exnúmero 1 sacó su tenis más agresivo y demostró que aún tiene mucho que decir.

En dos horas y 22 minutos exactos, culminó el partido para pasar a tercera ronda del torneo.

Sin embargo, su participación en Nueva York sigue sin convencer. La derecha de Federer sigue sin mostrar la contundencia a la que está acostumbrado. Su próximo reto será más complicado, ya que después de dos tenistas por debajo del 'top 100' se las verá con el vencedor del choque entre Dan Evans y Lucas Pouille.