El italiano Fabio Aru triunfa en la cumbre de San Miguel de Aralar

El italiano Fabio Aru se impone en la undécima etapa de la Vuelta 2014, con final en el Santuario de San Miguel de Aralar.
El italiano Fabio Aru se impone en la undécima etapa de la Vuelta 2014, con final en el Santuario de San Miguel de Aralar.
JAVIER LIZÓN / EFE
El italiano Fabio Aru se impone en la undécima etapa de la Vuelta 2014, con final en el Santuario de San Miguel de Aralar.

El joven italiano Fabio Aru (Astaná), tercer clasificado en el pasado Giro de Italia y ojito derecho de Vincenzo Nibali (otro transalpino, más conocido, que en 2010 ganó la Vuelta, el año pasado la carrera italiana y este año el Tour de Francia), se impuso en la cima de San Miguel de Aralar, ascensión cementada que debutaba en la carrera, después de un acelerón, el segundo que probaba, poco antes del último kilómetro. Una subida hermosa, exigente, muy bien respaldada por el público en las cunetas, que estuvo marcada por el conservadurismo de los primeros espadas de la carrera, por los ataques de los outsider, por las muestras de sufrimiento de Chris Froome y por la ausencia de Nairo Quintana, quien abandonó la Vuelta en el kilómetro 20 de la etapa por una caída y dejó un poso de luto sobre el futuro emocional de la lucha por la general.

Porque entre Pamplona y San Miguel de Aralar, undécima etapa de la carrera, 153,4 kilómetros de recorrido, velocidad frenética, la estética la aportó holgadamente la montaña navarra, pero los asaltos al liderato de Alberto Contador no llegaron en sus pendientes en sentido estricto. Más bien en “mordidas” de segundos gracias a las bonificaciones. En la subida final, que arrancó con el bielorruso Vasil Kiryienka (SKY) en cabeza de carrera para ser cazado poco después, no se movió ninguno de los cinco primeros en la general. Incluso alguno, como Froome, pasó muchos apuros; el caso de Froome resultó curioso: perdía posiciones e incluso contacto mientras incomprensiblemente su equipo marcaba un fuerte ritmo en los primeros compases. Apenas Contador reaccionó a alguna aceleración, pero poco más. Y así fue como el holandés Robert Gesink (Belkin), que le dio continuidad a una aceleración de Warren Barguil (Giant), se pasó al frente de la etapa casi media subida.

Ya con Aru en solitario, y con la meta en ciernes, el grupo cabecero (que llegó a contar con diez unidades a dos kilómetros del final) explotó con Valverde, Contador y Purito buscando las bonificaciones. El murciano acabaría segundo y, gracias a la tercera plaza de Purito, sumó seis segundos que le añadió a los tres que conquistó en la meta volante (ya no se llaman así desgraciadamente, pero la etiqueta es historia pura de la Vuelta y debería recuperarse) de Tafalla, donde el madrileño también bonificó dos segundos. Siete de renta en el día. Chris Froome, que llegó un segundo cortado a meta, poca cosa tras vérsele bastante apurado, ganó una plaza en la general por la pérdida de tiempo del colombiano Winner Anacona.

Aru, feliz, insiste en que es el primer año en el que encadena dos picos de forma, que va sin presión y que ya ha logrado un objetivo. Pero visto lo visto posiblemente el italiano sea el único que puede dinamitar la carrera en las próximas jornadas de montaña, aunque otros como el galo Warren Barguil, el holandés Robert Gesink o el irlandés Daniel Martin puedan volver a intentarlo. “Aru ha sido el mejor hoy. Yo me he limitado a vigilar a los rivales que están más cerca en la general”, aportaba en la zona de meta un Contador que no le dio importancia, respetando ese parecer, a que mucha gente vea incompatible el discurso dialéctico de llegar a una carrera borrándose para la general y, sin embargo, estar al frente en todo momento.

Y este jueves, día para velocistas y aventureros, circuito en Logroño. Ocho vueltas para completar 166,4 kilómetros.

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