El clásico de este próximo domingo será el primero en casi diez años sin Leo Messi ni Cristiano Ronaldo, una de las rivalidades históricas de los Barça-Madrid, como lo fue brevemente el choque entre Pep Guardiola y José Mourinho. Frente al perfil alto de aquellos, dos hombres discretos ocupan ahora el banquillo de los dos grandes: Ernesto Valverde y Julen Lopetegui, dos entrenadores cuestionados en este inicio de temporada, especialmente el segundo.

La pésima racha del Real Madrid (cinco partidos sin ganar, con tres derrotas) le ha llevado a afrontar el duelo del Camp Nou en una poco habitual séptima posición. Los resultados han puesto en la picota a Lopetegui, cuyo puesto ha peligrado tras las derrotas ante Alavés y Levante. Una derrota más sellará su salida, apenas cien días después de hacerse cargo del equipo. “Esto es un espectáculo y lo que ocurre con los entrenadores, también”, lamentó Valverde esta semana cuando le preguntaron si esperaba poder dar la mano el domingo a su colega.

El ‘Txingurri’ también ha pasado su mala racha (empates en casa ante Girona y Athletic, derrota en campo del Leganés) y recibido sus críticas, aunque amortiguadas por el crédito que le da haber logrado un doblete en su primer curso al frente del FC Barcelona. Justo algo de lo que carece Lopetegui. Los diarios barcelonistas han especulado estas semanas con que el propio Valverde decida no continuar la próxima temporada. El presidente, Josep Maria Bartomeu, ha aclarado que el técnico tiene contrato hasta 2020.

Valverde y Lopetegui tienen varios puntos en común en sus vidas. Para empezar, el País Vasco: Lopetegui es guipuzcoano y Valverde, nacido en Extremadura, vivió desde muy joven en Vitoria antes de despuntar en el Sestao. Además, ambos han entrenado en el extranjero, con suerte desigual. Lopetegui no consiguió ningún título con el Porto y fue destituido a mitad de su segunda temporada. Valverde ha dirigido a Olympiacos en dos etapas: en total, tres años y tres títulos de Liga más dos de Copa.

Ambos jugaron en el FC Barcelona en tiempos de Johan Cruyff. Valverde, un delantero menudo al que el gol no se le daba mal, fue fichado del RCD Espanyol por Josep Lluís Núñez antes de la llegada del holandés, a cuyas órdenes estuvo una temporada y media (de 1988 a 1990) antes de fichar por el Athletic.

Lopetegui, formado en la cantera del Real Madrid, se destapó como portero en el CD Logroñés con un repertorio de paradas que le abrieron la puerta de la Selección. En 1994, tras la dura derrota en la final de la Champions League ante el Milan (0-4), Cruyff le fichó como sustituto de Zubizarreta, aunque las lesiones y algunos fallos sonados le mantuvieron casi inédito durante sus tres años en el Camp Nou, antes de irse al Rayo Vallecano.