Pese a ser humillado varias veces por Red Bull, a Daniil Kvyat le han podido más las ganas de regresar a la Fórmula 1 como piloto titular que su propio orgullo, y ha aceptado volver a vestir los colores de Toro Rosso. El equipo filial del de las bebidas energéticas anunció que el corredor ruso regresa para la temporada 2019, para sustituir a Pierre Gasly, que asciende a Red Bull para acompañar a Max Verstappen.

Kvyat fue sustituido a mediados de 2017 por Brendon Hartley, después de un arranque de año muy pobre. Sin embargo, los movimientos en el mercado de fichajes han derivado en una inesperada reconciliación entre ambas partes: ni Toro Rosso tenía un candidato mejor, ni Kvyat estaba dispuesto a quedarse fuera de la Fórmula 1.

Desde su desvinculación con Red Bull había ejercido de piloto de desarrollo de Ferrari, lo que a efectos prácticos le mandó a la ingrata labor de estar en el simulador para obtener datos para Vettel y Räikkönen. La imposibilidad de dar el salto a la F1 vestido de rojo le hizo plantearse su marcha definitiva a otras competiciones (como el Mundial de Resistencia, donde hay un equipo ruso, el SMP Racing), pero tampoco cuajó esa opción.

Excperiencia no le falta en F1: Kvyat ha disputado 72 Grandes Premios (51 en Toro Rosso y 21 en Red Bull), con dos podios y una vuelta rápida como máximos logros. Será su tercera vuelta Toro Rosso: primero se unió a ellos en 2014, cuando ascendió desde las categorías inferiores, y después en 2016, cuando le degradaron desde Red Bull para dejar su asiento a Max Verstappen.

Franz Tost, jefe de Toro Rosso, afirma que Kvyat "se merece otra oportunidad en Fórmula 1" y por eso ha sido el primero en ser confirmado. Brendon Hartley, actual piloto del equipo, Pascal Wehrlein, recién desvinculado de Mercedes, el joven Dan Ticktum o incluso su 'archienemigo' Mick Schumacher aspiran al otro asiento.