El VAR está siendo uno de los principales protagonistas de este Mundial de Rusia 2018. Tiene tantos críticos como defensores. El último que se ha quejado sobre la tecnología en el fútbol ha sido el futbolista de Marruecos Nordin Amrabat que, al termino del partido entre su selección y España, se ha dirigido a la cámara y ha pronunciado en inglés un elocuente: "El VAR es una mierda".

En los partidos de este martes, el VAR ha sido primordial para resolver las jugadas dudosas. En el partido entre Irán y Portugal, el árbitro ha acudido al videoarbitraje en tres ocasiones, la última clave porque dio un penalti que supuso el empate de los iraníes. Lo mismo ha ocurrido en el partido de España: Aspas remató de tacón para hacer el empate, el colegiado anuló el tanto por fuera de juego, para más tarde revisar la jugada y confirmar que el gol subía al marcador.

El VAR tardó en presentarse en este Mundial. Lo hizo en el quinto partido, entre Francia y Australia, y hasta la fecha ha sido clave: se han señalado 14 penaltis -récord en una cita mundialista- en 36 partidos, además de señalar fueras de juego y otras infracciones que, en origen, no habían visto los trencillas.

La introducción del VAR era una decisión que llevaba tiempo sobrevolando las principales competiciones de fútbol. Los más puristas aún no terminar de convencerse sobre su utilización, ya que argumentan que no se acabará con las jugadas dudosas del fútbol: argumentan, y así es, que el VAR solo entra en acción en determinadas jugadas. También, argumentan sus críticos, se pierde demasiado tiempo, ya que el árbitro debe revisar de manera correcta la jugada, aunque luego este se añade al final del encuentro.

Lo cierto es que el camino ya no se va a desandar. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, ha emprendido como un proyecto personal la introducción de la tecnología en el fútbol, y las principales ligas ya cuentan con el sistema VAR en varios de sus estadios.