Schumacher se ha ganado a pulso dos títulos: es tan buen piloto como antideportivo, y de ello puede dar fe el asturiano. En el Gran Premio de Mónaco no tuvo reparos en ‘aparcar’ su Ferrari en medio del circuito para taponar al asturiano.
Dos caras, dos cruces
Otro motivo para la inquietud llega tras echar un vistazo a los antecedentes. Hasta hoy, Michael Shumacher se ha tenido que jugar cuatro veces el título mundial en la última prueba. Le ha salido cara en dos ocasiones y cruz en otras tantas. En 2003 batió a Raikkonen y en 1998 fue Hakkinen quien le superó.
Pero la polémica acompañó a los otros dos match-ball: en 1997 embistió a Jacques Villeneuve en un intento por sacarlo de la pista, pero terminó descalificado y perdió el título con el canadiense.
La misma triquiñuela había empleado tres años antes con Damon Hill, y esta vez, con éxito. Ambos chocaron, ambos quedaron fuera de carrera y Shumacher se llevó el gato al agua. «Michael querrá ganar como sea. De rendido, nada», advirtió ayer Hill.
Mucho ojo a estos cuatro
El aspirante: Michael Shumacher aspira a despedirse con su octavo título mundial. Necesita ganar y que Alonso no termine entre los ocho primeros.
El escudero: Massa se ha comportado siempre como fiel vasallo de Shumacher y ya se la ha jugado más de una vez a Alonso. La última, en la calificación de Japón.
El hermanito: Con Alonso ya ha tenido varias enganchadas. «Es un idiota», dijo de él el asturiano. Cuidado con sus movimientos en la salida.
¿El compañero?: Fisichella ya ha dejado claro que no ayudará a Alonso, por lo que sus movimientos, torpes a veces, podrían poner en dificultades a su compañero.
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