Las duras reflexiones de Almudena Cid sobre la vida del exdeportista: "No os dais cuenta, pero algunos hacéis mucho daño"

Almudena Cid, exgimnasta, en una presentación de su libro.
Almudena Cid, exgimnasta, en una presentación de su libro.
EP
Almudena Cid, exgimnasta, en una presentación de su libro.

Los deportistas que llegan a la élite tienen muy claro, o deberían, que una vez completada su etapa en las pistas deben volver a la vida normal, y reintegrarse en la sociedad de manera más o menos calmada. La transición, no obstante, no es fácil.

El caso de Blanca Fernández-Ochoa, cuyos últimos años estuvo apartada del deporte pese a sus intentos, ha vuelto a sacar a relucir esta situación al debate público. Almudena Cid, exgimnasta ahora reconvertida en escritora y actriz, ha salido al paso contando su propia situación.

La única gimnasta que ha disputado cuatro finales olímpicas ha lanzado en twitter unas reflexiones muy duras, en las que confiesa cómo han tenido que apoyarse en psicólogos para la transición a la sociedad desde la burbuja de la élite deportiva.

Esta es la transcripción completa del hilo:

"Durante varios años, un grupo de ex deportistas hemos llevado a cabo encuentros mensuales conducidos por una psicóloga deportiva para hablar, debatir, compartir sobre el durante, la transición y el después del deporte de élite. Siempre en la intimidad.

En esos encuentros salían reflexiones muy interesantes, opiniones contrarias e ideas que podrían arrojar algo de luz a situaciones incomprensibles. También mucha frustración, porque siempre se repite la misma historia.

Hay algo muy doloroso para el deportista y es que, después de haberte sentido tremendamente competente y bueno en lo que haces, sientes que no eres nadie sin ser ya el que fuiste. Y es que una ya no es la que fue. Y es que una no puede vivir eternamente de lo que fue.

Y aquí está lo que nos toca hacer: reinventarnos y reciclarnos. Yo personalmente puedo decir que hubo un momento en el que creí que se me antojaba imposible. Concretamente, 6 meses de mi vida.

Al menos fue el tiempo en el que tenía el cuerpo metido en el hoyo. Todo salvo el dedo meñique, ese que dicen que está en peligro de extinción. Recuerdo una madre de una gimnasta, compañera, que cuando me vio aparecer en 'El Hormiguero' como colaboradora me dijo: "¿No crees que haces el ridículo?" No era una familia cercana a mí, pero lo suficiente como para incluso hacerme sentir que podría llevar algo de razón.

Mi intervención mensual, 4 días, duplicaba mi beca al mes. 40 minutitos por 192 horas de sudor como gimnasta. Al menos, solo por eso, pudo haberse ahorrado el desagradable comentario.

Hubo también una persona que cuando Sergio Peris Mencheta me dio la primera oportunidad como actriz en el CDN, dijo: “¡Ya lo que faltaba, la gimnasta que ahora quiere ser actriz!”. Curiosamente Sergio perteneció a la selección de Rugby y posiblemente su condición de ex deportista entendía mi nueva andadura, mi nueva locura.

También hubo quien dijo, cuando aparecí en 'FRÁGILES', ficción de Telecinco, después de pasar tres castings para un personaje fijo con Asperger... y que finalmente aparecí en un capitular sobre una gimnasta en la segunda temporada, que me habían dado el papel porque mi marido trabaja en T5.

Cuando decidí escribir mi vida deportiva en libros infantiles también me llovieron las críticas por escribir, por necesitar volcar lo que he vivido en el deporte, lo que me destruyó en algún momento y lo que me impulsó a continuar y a no rendirme para conseguir mi sueño. No os dais cuenta, pero algunos hacéis mucho daño. Los que sois, sabéis quienes sois. Mi pensamiento de deportista imbatible dejó de existir cuando colgué mis punteras.

Porque uno puede creérselo un tiempo, unos años, pero no para siempre. Y mucho menos cuando dejas el deporte y te das cuenta de todas las situaciones que has superado y que muchas de ellas no debieron ocurrir... por falta de un sistema, por falta de empatía o por falta de PROFESIONALIDAD. Por que sí, el deporte es política también, y hay quienes dirigen el deporte pensando que es de ellos y lo mueven a su antojo, dejando el respeto y la coherencia en su casa. Quizás ni allí los tengan.

Mis últimos 8 años los pasé peleada con el sistema. Está en los periódicos porque, sí, tuve que acudir a ellos para defender mi trabajo. Porque era comprometida, responsable, cumplidora y con los resultados suficientes para sentirme respetada. Eso que no me hacían sentir.

Durante estos 11 años aquello pasó factura. Aún hoy siento que lo que consigo no es suficiente, que siempre tengo que demostrar más, y tengo una constante sensación de necesidad de que me acepten. Porque sí, tantos años de rechazo, un rechazo que aún sigo sintiendo por los mismos, aunque es su momento no me destruyera, ahora me sigue bombardeando aunque muy de poco en poco.

Creo haber encontrado mi lugar. Y me tendré que enfrentar a lo que se vive en cada profesión, que es común en todas, pero sí hice un esfuerzo importante, con ayuda de los míos, para seguir caminando hacia mi elección.

Lamentablemente no siempre uno descubre lo que quiere con facilidad, no siempre uno tiene los medios para perseguir su nueva ilusión, no siempre uno tiene la capacidad de renovarse, no siempre uno tiene el entorno idóneo, no siempre uno toma las mejores decisiones.

Hoy he sentido que, mientras se crea un sistema óptimo y preventivo para el después del deportista, creo que ese punto aparentemente horrible que nos une a los exdeportistas es, al mismo tiempo, el punto en común que nos permite sentir que NO ESTAMOS SOLOS".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento