El partido ante el Ajax le sirvió al Real Madrid para resolver dos asuntos. El primero, el cisma entre Ramos y Mourinho que se arregló por la mañana en una reunión entre los jugadores y el entrenador. Y, el segundo, una goleada de autoestima con hat-trick de Cristiano Ronaldo –el primero que logra en Champions– y con Kaká de estrella rehabilitada.

Pensando en el clásico del domingo contra el Barça, Mou decidió dar descanso a Modric, Di María y Khedira y le dio la alternativa a Kaká, Callejón y Benzema. El rival también invitaba a ello, uno de los Ajax más discretos de su historia.

La primera parte fue un vendaval de ocasiones madridistas. Solo el portero Vermeer, el mejor de su equipo, evitó que al descanso el partido estuviera resuelto por goleada. Kaká fue protagonista en la mayoría de ocasiones, recordando a su mejor y antigua versión. A los 15 minutos, en una contra, dejó solo a Cristiano, quien no supo resolver y tiró al muñeco contra el portero del Ajax.

El centrocampista brasileño dispuso de la siguiente oportunidad, parada también por el guardameta; el disparo de Benzemá, al rechace, también lo paró. Se sucedieron, a continuación, un cabezazo de Cristiano y un remate de Marcelo, hasta que Benzema se escapó por la izquierda y dejó atrás para que Ronaldo remachara el gol que el Madrid merecía hacía muchos minutos.

Como anécdota, en la primera mitad se pincharon dos balones. En la reanudación, los blancos, esta vez de verde, equipación con la que no habían ganado todavía, no dejaron a los holandeses ni imaginar la remontada. Un contragolpe en tres pases en el primer minuto, entre Benzema, Marcelo y Kaká, lo culminó el delantero francés de una espectacular chilena.

Solo había que contemporizar, pero el Madrid se complicó la vida en un córner al segundo palo, que se comió Casillas, y que acabó con el gol de Moisander de cabeza. El Ajax se creció por la dejadez de los hombres de Mou y el nerviosismo llegó casi a pánico con el fallo de Hoeser cuando solo tenía que empujar el esférico a la red.

El Madrid perdió el balón, la iniciativa, el sitio en el campo y casi el triunfo. Por eso, Mou dio entrada a Özil por Kaká y a Khedira por Essien.