Se disputaban 12 minutos del segundo periodo, y el sevillista Enzo Maresca, tras una confusa jugada, propinó un violento cabezazo al Kun Agüero, delantero rojiblanco y autor del gol de la victoria.

"Me ha matado", bromeó el argentino tras el partido, para luego explicar en profundidad la acción: "Fui a pedirle que tire la pelota afuera para que atendieran a un compañero y reaccionó de esta manera".

"Teníamos a Perea tirado en el suelo porque había recibido un golpe", añadió un desconcertado Agüero.

Esta jugada reabre la polémica sobre la conveniencia o no de tirar el balón fuera, y que recientemente encendió los ánimos del Racing tras el gol de Casquero, del Getafe, en el partido de vuelta de semifinal de Copa.

Ahora, el italiano del Sevilla podría enfrentarse a una sanción de un mínino de dos partidos.