Jordi Font acaricia las medallas en Turín

Fue cuarto en el cross de snowboard y consiguió el primer diploma olímpico español en los Juegos.
Jordi Font, rezagado, persigue en la final a Seth Wescott, Radoslav Zidek y Henri Delerue.
Jordi Font, rezagado, persigue en la final a Seth Wescott, Radoslav Zidek y Henri Delerue.
EFE
Jordi Font, rezagado, persigue en la final a Seth Wescott, Radoslav Zidek y Henri Delerue.

El snowborder barcelonés Jordi Font puso fin a la mediocridad española en los Juegos de Invierno de Turín al quedarse ayer en la antesala de las medallas. Font, de 30 años, acabó cuarto en la modalidad de boardercross y dio a España el primer diploma olímpico en estos Juegos, el tercer mejor resultado en la historia del olimpismo invernal español, tras el oro de Paquito Fernández Ochoa (Sapporo 72) y el bronce de su hermana Blanca (Albertville 92).

El catalán, que el martes sufrió una luxación en un hombro y compitió visiblemente dolorido, se clasificó para la final a cuatro, pero una caída en esa ronda le impidió cruzar la línea de meta entre los tres primeros. «He controlado el dolor con analgésicos, pero en estas condiciones no he podido luchar más», relató Font.

Debutaba en unos Juegos

El cuarto puesto de Font, sólo superado por el campeón del mundo Seth Wescott, por el eslovaco Radoslav Zidek y por el francés Henri Delerue, fue una grata sorpresa, ya que el español nunca había disputado antes una gran final internacional, ni mucho menos unos Juegos Olímpicos. «En este deporte la madurez te llega a los 35 años. En Vancuver 2010 saldré a morder», avisó Font, que, pese a celebrar el resultado, lamentó su mala suerte en estos Juegos: «Me ha pasado de todo. Primero me perdieron las maletas en Barajas y luego se me salió el hombro».

Dopaje: La rusa Olga Pyleva, plata en los 15 kilómetros de biatlón, dio ayer el primer positivo en Turín, por carfedón. La rusa fue expulsada y desposeída de su medalla.

Rienda sólo piensa en el gigante

María José Rienda, la gran baza española en los Juegos de Turín, continuó ayer preparando el gigante, su especialidad, que disputará el próximo viernes en Sestriere. Mañana, no obstante, se acercará a las instalaciones de San Sicario, donde el domingo competirá en el supergigante, un test previo a su gran cita del viernes. «Cada día estoy mejor», comentó.

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