Jonas Vingegaard y la brutal caída que hace peligrar la lucha por su tercer Tour

Jonas Vingegaard, a su llegada a meta en el primer día de la Itzulia.
Jonas Vingegaard, a su llegada a meta en el primer día de la Itzulia.
EFE
Jonas Vingegaard, a su llegada a meta en el primer día de la Itzulia.

La Itzulia-Vuelta al País Vasco dejó este jueves un susto mayúsculo en su cuarta etapa: Primoz Roglic, Remco Evenepoel y Jonas Vingegaard sufrieron una terrible caída que terminó con la suspensión de la prueba y el traslado al hospital del danés, para el que los peores presagios se han cumplido en forma de lesiones de gravedad

La imagen del doble campeón del Tour de Francia, primero sin poder moverse, sobre el suelo y con el maillot destrozado, más tarde siendo trasladado inmovilizado en camilla, con collarín y con oxígeno, y finalmente su parte médico (sufre una contusión pulmonar y neumotórax, además de una fractura en la clavícula y varias costillas rotas), ponen en peligro el futuro más cercano —especialmente la lucha por su tercer Tour— de un ciclista que ha revolucionado su deporte al romper el dominio de Tadej Pogacar y Primoz Roglic.

Su trayectoria en los apenas seis años que lleva compitiendo en la élite dejan claro que apunta a convertirse en una leyenda sobre la bici: en su primer curso con el Jumbo (2019) ganó la sexta etapa del Tour de Polonia, su primera victoria en categoría UCI World Tour, y dos años después, se coronó con la quinta etapa del UAE Tour, después se llevó otras dos y la general de la Coppi e Bartali y terminó segundo en la Vuelta al País Vasco.

Su ascenso no se quedó ahí, pues en el Tour de Francia dio la talla tras la retirada de Roglic, de quien era escudero, terminando segundo de la general en su debut, solo superado por Pogacar. Solo un año más tarde, el danés se coronó en el país galo tras llegar con un segundo puesto en la Tirreno-Adriático y una victoria en la etapa reina en el Critérium du Dauphiné en el bolsillo. Y repitió en 2023 en Francia pese a haber cedido ante el esloveno en la París-Niza.

No son de extrañar los impresionantes resultados del ciclista escandinavo: tiene una capacidad pulmonar de Vo2 Max 97, lo que quiere decir que la cantidad de oxígeno que su organismo puede transportar durante un periodo de tiempo determinado es altísima.  

Su brutal caída a 33 kilómetros de la meta de la cuarta etapa de la Itzulia, que le ha dejado con una fractura en la clavícula y varias costillas rotas, podría privarle ahora de citas importantes como el Giro de Italia (4 al 26 de mayo), con el Tour de Francia (del 29 de junio al 21 de julio), al que llegaba como favorito para revalidar el título, en el horizonte.

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