Joao Félix tuvo el recibimiento que se esperaba en el Metropolitano: hostil. Desde la previa del partido se pudo ver cómo los aficionados del Atlético de Madrid esperaban al portugués en su estadio. Tanto fue así que incluso un grupo de ellos llenaron de basura su placa, escupieron sobre la misma y hasta quemaron una camiseta con su nombre sobre ella.
No obstante, poco le importó al futbolista la tensión que se iba a vivir durante todo el partido, en el que cada vez que tocaba el balón recibía pitos de la afición. El portugués anotó el primer gol del encuentro tras una gran jugada de Gundogan y una asistencia de Lewandowski tras la que conseguió batir a Oblak, quien intentó estirarse todo lo que pudo para parar el balón.
Xavi tenía claro que tenía que sacarlo en el once titular y acertó. Después de que abriera el marcador, llegaron los otros dos tantos, por parte de Lewandoski en el 47 y de Fermín en el 65.
El portugués volvió a marcar al Atlético, repitiendo lo que hizo en el partido de ida en Montjuic, donde anotó el único gol del encuentro y lo celebró por todo lo alto, algo que provocó un gran enfado en los rojiblancos.
En esta ocasión estuvo más discreto, ya que sabía que el ambiente iba a estar caldeado, tal y como confesó ante los micrófonos de DAZN: "Ya sabemos cómo va a ser. Es un partido muy difícil. Ya lo fue en casa y en Madrid lo va a ser aún más. Defienden muy bien, son muy fuertes en las contras y la grada también les ayuda. Tengo claro que va a ser un ambiente muy complicado para todo el equipo. Claro que contra mí va a ser un poquito peor, pero soy jugador de fútbol, tengo que estar acostumbrado a este tipo de cosas".
"Eso sí, no voy a desenfocarme nunca del fútbol, del equipo, porque creo que eso es lo más importante", concluyó y así lo hizo.
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