La familia de Javier Márquez Villaverde no deja de preguntarse dónde está el joven. El chico desapareció la madrugada del pasado 3 de marzo en Logroño y desde entonces no se ha sabido nada de él.
La búsqueda también se está realizando en Zaragoza, y el motivo, tal y como recoge Heraldo, es que lleva cuatro años instalado en la capital aragonesa para perseguir su sueño: convertirse en uno de los mejores judocas de España.
El chico pertenece a la escuela de judo del Centro Natación Helios, que están también conmocionados por la desaparición de Javi, como todo el mundo le conoce en el club.
Javi llegó a Zaragoza con 16 años, y pertenecía a la primera promoción de un proyecto enfocado a impulsar la carrera de jóvenes que destacan en esta disciplina de las artes marciales.
Márquez ya se había proclamado campeón en categoría infantil -50 kg en algún torneo internacional y entrenaba a diario en Zaragoza de la mano de Sergio Doménech.
"La última vez que nos vimos fue la semana pasada, el miércoles o el jueves. El finde yo me marchaba a una competición a Alicante. Y cuando regresamos me dieron la mala noticia", dijo el entrenador a Heraldo.
"Era solo un chaval y ello nos obligaba a estar más pendientes. Había dejado su casa en Santo Domingo (de la Calzada) para dedicarse a esto. Y su esfuerzo estaba dando resultados, porque competía a nivel nacional", añadió.
"Solo puedo tener buenas palabras hacia él. Es un chico muy bueno, una persona muy sensible, un verdadero encanto", prosigue Doménech.
Javier Márquez empezó a estudiar Derecho, "pero hizo solo el primer curso —apunta—, porque decidió cambiar de estudios y ahora era alumno del grado de Trabajo Social", añadió.
Javier llevaba un tiempo compartiendo piso con otros compañeros en el barrio del Actur, por ser cercano a las instalaciones del club. "Como entrenamos todos los días, los chicos suelen aprovechar el fin de semana para ir a casa", dice Sergio Doménech. "Y lo último que sabemos es que el pasado sábado estaba en Logroño con los amigos cuando se le perdió la pista", relata.
Javier Márquez mide 1,62 metros, tiene complexión atlética, así como pelo y ojos castaños. En el momento de su desaparición, vestía un pantalón claro y sudadera marrón.
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