El Real Madrid regresaba a la acción en la UEFA Champions League este martes para enfrentarse a domicilio al RB Leipzig, y la ida de su eliminatoria de octavos de final no pudo comenzar con una acción más polémica en menos tiempo. 

Ya era una visita siempre complicada a territorio alemán, hostil históricamente con el conjunto blanco, pero especialmente ahora, con la zaga en cuadro y efectivos de enorme importancia como Bellingham fuera de juego. Los merengues, además, salieron adormilados al terreno de juego.

El Leipzig, igualmente, es uno de esos equipo teutones incómodos, muy intensos y bien trabajados, como pudieron comprobar los pupilos de Carlo Ancelotti apenas a los dos minutos de arrancar el choque. Cualquier despiste se paga y el ritmo alemán no perdona. De este modo, un primer error del conjunto blanco en la salida del balón que acabó en córner pudo haber acabado mucho peor.

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Mendy no acertó a despejar en línea de fondo, pero el saque de esquina del Leipzig tampoco entrañó mucho peligro inicialmente. Sin embargo, en el rechace al despeje de puños de Lunin, el balón le cayó a Schlager en la frontal con espacio para reventar el balón. Lo hizo de manera defectuosa, y su chut se convirtió en un centro que cazó hábilmente con la cabeza Sesko en el área blanca, sin oposición.

Se encontraba tan solo el delantero esloveno, acompañado por otros dos futbolistas del Leipzig a varios metros de la línea defensiva madridista -que había salido de su área tras el lanzamiento de córner-, que la reacción lógica y compartida de todo el estadio y de los protagonistas a ras de césped fue la de pedir/esperar el fuera de juego, y así lo señaló el colegiado, el bosnio Irfan Peljto. Era, insistimos, una obviedad en tiempo real.

El VAR, sin embargo, le avisó de inmediato. Visto a cámara lenta, se observa cómo Rodrygo se había quedado rezagado al salir junto al resto de compañeros, habilitando así al ariete del conjunto alemán. La jugada era meridiana, no ofrecía duda alguna sobre la posición de Sesko, pero fue anulada igualmente, desatando la furia en el Red Bull Arena y en redes sociales contra el conjunto blanco.

Descartada la hipótesis del fuera de juego, la única opción plausible es la de la posible falta que se comete hasta en dos ocasiones sobre Lunin. En la salida del córner, Openda estorba al portero ucraniano, que aún así acierta a despejar, y se queda a su espalda molestando cuando se desarrolla el resto de la jugada, incluso cuando remata su compañero estorbando la posible reacción de un Lunin que apenas se quejó, todo sea dicho, y simplemente levantó la mano reclamando 'algo' con bastante poca fe.

Lo cierto es que el linier en ningún momento bajó el banderín tras alzarlo para indicar el fuera de juego. Al contrario, lo mantuvo siempre arriba, indicando que se había producido una falta, no un fuera de juego ni cualquier otro tipo de infracción. Por tanto, el propio colegiado fue quién acertó en su decisión inicial, refrendado después desde el VAR, aunque la falta en sí sobre Lunin sea perfectamente discutible. De hecho, puede que no hubiese ni falta, y que señalasen fuera de juego por interferencia de Openda. Habrá polémica para rato, porque la jugada es muy complicada de interpretar.