La gran incógnita de la Super Bowl: ¿llegará Taylor Swift a tiempo para el partido?

  • La cantante deberá recorrer medio mundo a contrarreloj desde Japón tras su concierto hasta Las Vegas para apoyar a su novio, el ala cerrada de los Kansas City Chiefs Travis Kelce.
Travis Kelce y Taylor Swift.
Travis Kelce y Taylor Swift.
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Travis Kelce y Taylor Swift.

En la madrugada del próximo lunes, el Allegiant Stadium de Las Vegas acogerá la Super Bowl LVIII, la gran final de la NFL que es seguida cada años por millones de fans del fútbol americano alrededor del mundo... Y no tan fans este año en concreto. La expectación es máxima, los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers ya están listos para que comience el duelo, pero todas las miradas están pendientes de otra incógnita que no se podrá resolver hasta instantes antes del encuentro.

El ala cerrada de los Chiefs, Travis Kelce, además de uno de los mejores jugadores del mundo es novio de la estrella de la música estadounidense Taylor Swift, una asidua ya en el Arrohead Stadium donde juegan como locales los oriundos de Kansas. Sin embargo, resulta que la presencia de su pareja precisamente en el partido más importante del año está en tela de juicio por problemas de agenda que todavía no se sabe si tienen solución, y que han hecho que Swift atraiga más atención que el propio partido o que Usher, el cantante que actuará en el entretiempo del encuentro (se rumoreó que lo haría la propia Taylor).

La cantautora norteamericana sigue de gira por todo el mundo con su 'The Eras Tour', y su próxima parada la sitúa a miles de kilómetros de su tierra natal, en Japón. En la capital del país del sol naciente, Tokio, Taylor tenía programado un concierto apenas unas horas antes de la Super Bowl en el Tokyo Dome. 

Una actuación que ya ha finalizado, en la que se pudo observar el fuerte vínculo entre sus seguidores y los de la NFL con carteles y productos de los Chiefs entre el público. Un público, por cierto, encantado con la estadounidense, que deleitó una vez más a sus fans con su música y les dejó una frase con doble interpretación antes de retornar a su país: "Todos vamos a emprender una gran aventura". 

Su aventura, en concreto, la llevará ahora desde el aeropuerto de Haneda en tierras niponas, en su avión privado en una carrera contra el mismo tiempo, hasta el aeropuerto Harry Reid en Las Vegas. Serán poco menos de 9 mil kilómetros, unas 14 horas de vuelo, en los que deberá atravesar nueve zonas horarias y una diferencia de 17 horas para literalmente viajar en el tiempo y retroceder un día para llegar a tiempo a la cita.

Lo consiga o no, desde luego que habrá miles de miradas pendientes de que lo logre incluso más de lo que estarán pendientes del partido. Sus detractores, en cambio, tendrán aún más motivos para criticarla como vienen haciendo en los últimos tiempos por el uso de su jet privado, con viajes de apenas trece minutos a zonas cercanas y por las emisiones de carbono que generan sus viajes.

Sea como sea, su presencia en Las Vegas para la gran noche de Kelce casi parece una cuestión de estado. Las autoridades estadounidense se han pronunciado sobre su capacidad para aparcar el jet en los aeropuertos de Las Vegas, y las japonesas, desde la embajada nipona en Washington D.C., han llegado a comentar la situación en redes sociales, confirmando que podría llegar a tiempo a la Super Bowl, incluyendo en su comunicado tres títulos de canciones de Swift: "Speak Now", "Fearless" y "Red".: "Si sale de Tokio por la tarde después de su concierto, debería llegar cómodamente a Las Vegas antes de que empiece la Super Bowl".

Lo hará, de hecho, para tranquilidad de sus fans y de los fans de los Chiefs, que la ven como un amuleto de buena suerte. Y lo hará sin problemas, además, porque "gana un día" con su viaje pese a la longitud del mismo. Y eso que su jet tardó más de una hora desde que finalizó el concierto en despegar, pero lo hizo, como desvelaron otros usuarios en redes sociales rastreando el vuelo de la celebridad de 34 años.

Un desafío más en la apretada agenda de la cantante, la que le ha granjeado esas críticas por sus constantes e inevitables viajes. No en vano, esta misma semana, antes de los cuatro conciertos en Japón, asistió a la gala de los Grammy en Los Ángeles, donde ganó su 14º Grammy y un cuarto premio récord al Álbum del Año por "Midnights". Después, al país nipón; ahora, de vuelta a Estados Unidos para ver a Travis Kelce batallar por el Trofeo Vince Lombardi de la Super Bowl; y poco después, a Australia para seguir de gira.

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