La defensa de Dani Alves ha trabajado durante el juicio en dos vías. Por un lado está el de la absolución, que es lo que pidió la abogada del brasileño, Inés Guardiola, en su alegato final. Pero la letrada también ha incidido en que el futbolista estaba ebrio aquella noche del 30 de diciembre en la discoteca Sutton con el objetivo de que sirva como atenuante en caso de condena.
Sin embargo, el testimonio de las dos psicólogas contratadas en calidad de peritos por la defensa no va a ayudar a ello, sino todo lo contrario, pues ambas aseguraron en el juicio que la noche de la presunta agresión sexual a una joven, el jugador brasileño "sabía lo que estaba sucediendo" aunque estuviera borracho.
Ambas aseguraron durante el proceso que han podido "corroborar" y que hay "evidencias" de que el futbolista estaba ebrio, basándose en la cuenta del restaurante –había vino y whisky– en el que cenó aquella noche junto a tres amigos y en los vídeos de la discoteca, en los que se le ve bebiendo champán.
Eso sí, admiten no poder saber "la cantidad concreta que tomó", dado que "no hay prueba de alcoholemia" y la mesa era compartida con otras tres personas, una de ellas el amigo que le acompañó después a la discoteca Sutton.
Lo que sí que observaron es una actitud que cuadra con estar en estado de embriaguez: "Se relacionaba con personas que no conocía y abrazaba, que es ilógico en él. Había descoordinación motora, parece como que se caiga".
Sin embargo, que las dos psicólogas afirmen que Alves "sabía lo que hacía", una frase que desmonta en buena parte el intento de la defensa de usar el estado de embriaguez del jugador como atenuante en caso de condena.
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