La cuarta victoria de Carlos Sainz en el Dakar a sus 61 años ha dejado multitud de imágenes para el recuerdo, y las seguirá dejando.

Subidos a lomos de su flamante Audi, Sainz y su copiloto, Lucas Cruz, se dieron un baño de multitudes y se fundieron en interminables abrazos con compañeros, amigos y, por supuesto familiares. Uno de los que esperaban impacientes la llegada del 'Matador' era su hijo, el piloto de Ferrari Carlos Sainz.

Así es el coche híbrido con el que Carlos Sainz ha ganado su cuarto Dakar

Y nada más ver a su vástago, Sainz se bajo ipso facto de su 'tanque' para fundirse en un emocionante abrazo con él. El joven piloto de Fórmula 1 es el fan número uno del padre y ha vivido esta edición del Dakar como un manojo de nervios. Este viernes, por fin, todo se transformó en alegría y los sentimientos se desbocaron en la meta. Mereció la pena.