Está en manos del Tribunal Administrativo del Deporte sancionar o no a Pedro Rocha y la comisión gestora que preside en la RFEF, pues el Consejo Superior de Deportes ha remitido a dicho organismo las denuncias presentadas por Miguel Galán, presidente de CENAFE, por no convocar elecciones a la presidencia tras la dimisión de Luis Rubiales.
A través de un escrito, José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del CSD, "ha acordado formular petición razonada al TAD e instarle a que, en ejercicio de sus competencias, incoe el correspondiente procedimiento administrativo sancionador" contra el presidente en funciones de la Federación y su junta siempre y cuando "aprecie indicios racionales suficientes de su comisión". Un trámite habitual entre ambos organismos.
El presidente del Centro Nacional de Entrenadores de Fútbol presentó dos denuncias contra Rocha y su junta al entender que se había infringido el artículo 31.8 de los estatutos de la Federación, que recoge que la Comisión Gestora debe convocar elecciones si el presidente no completa su mandato para que el elegido ocupe "el cargo por tiempo igual al que restase por cumplir al sustituido".
Está previsto que los comicios a la presidencia de la RFEF se celebren en el primer trimestre de este 2024, tal y como anunció el expresidente del CSD Víctor Francos hace unos meses. Sin embargo, aún no se ha anunciado fecha definitiva porque desde la Federación está esperando a la publicación de la nueva orden ministerial que regula los procesos electorales en las federaciones deportivas.
Al ser 2024 año olímpico, las federaciones deportivas deben convocar elecciones y la de fútbol había solicitado permiso al CSD para llevarlas a cabo en el primer trimestre, petición que había recibido el visto bueno del Consejo, que en octubre anunció el borrador del nuevo Reglamento Electoral para estas federaciones y que aún no está operativo.
De este modo, en el caso de que el TAD estimase este denuncia de Miguel Ángel Galán se debería abrir el proceso electoral en la RFEF sin la composición de una nueva Asamblea General, la opción de la que era más partidaria el CSD.
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