Entrevista

Edurne Pasaban: "He visto la muerte más cerca en la vida real que en las montañas"

Edurne Pasaban, la alpinista que "ha visto la muerte más cerca en la vida real que en las montañas"
Edurne Pasaban, la alpinista que "ha visto la muerte más cerca en la vida real que en las montañas"
Edurne Pasaban, la alpinista que "ha visto la muerte más cerca en la vida real que en las montañas"
Edurne Pasaban, la alpinista que "ha visto la muerte más cerca en la vida real que en las montañas"

Edurne Pasaban (Tolosa, 1973) se convirtió en el año 2010 en la primera mujer de la historia el coronar los catorce ochomiles, una gesta para la historia marcada por una depresión que estuvo cerca de truncar el hito. Superó el obstáculo al filo de arrebatarse la vida y volvió al Himalaya más fuerte que nunca para culminar su obra en apenas nueve años.

La montaña le enseñó, aun siendo una niña, el camino de su vida y no dejó de recorrerlo hasta llegar a la cima. Hoy, después de mirar a la muerte a los ojos en cada ascenso, vive transmitiendo a miles de personas las enseñanzas que extrajo de los lugares más hostiles del planeta. Y lo hace feliz, tal y como lo cuenta a 20Minutos en una entrevista exclusiva ofrecida minutos antes de su conferencia en el Congreso 'Lo Que De Verdad Importa' en Madrid, donde 6.000 personas esperaban su relato en las gradas del Palacio Vistalegre.

Recogió el premio WOP hace unos días, ahora llega a Madrid para dar una conferencia en 'Lo Que De Verdad Importa' y a eso se suman muchos más proyectos... ¡No para!Sí, es verdad que tengo muchas cosas... A veces cuando los deportistas dejamos de estar en activo parece que no tenemos mucho que hacer, pero yo intento dar muchas conferencias y embarcarme en proyectos. Me llena mucho poder transmitir los valores y los aprendizajes que me transmitió la montaña, estas conferencias son las pinceladas que para mí dan sentido a otras muchas cosas que hago en mi vida.

Ha dado muchas entrevistas en las últimas semanas en las que ha recordado cuánto echa de menos la montaña, ¿Qué es lo que más añora?Añoro aquellas veces que nos íbamos de expedición, esos dos meses que le dedicas cuando sales de aquí y te vas allí a escalar. Solo te centras en una cosa, en subir. Todo tu trabajo es pensar en cómo hacerlo y cómo sobrevivir. Aquí, en el día a día, todos tenemos nuestras obligaciones y también muchas cosas entre medias: el niño, el trabajo... lo que más añoro del Himalaya no solamente son las montañas, también aquella tranquilidad de centrarme en hacer algo concreto.

6.000 personas acudieron a la conferencia de este miércoles de Edurne Pasaban en el Palacio Vistalegre.
6.000 personas acudieron a la conferencia de este miércoles de Edurne Pasaban en el Palacio Vistalegre.
Nicolás Gómez Sañudo

Ahora con tantos estímulos es mucho más complicado, especialmente los de las nuevas tecnologíasEn las expediciones de antes no teníamos ni teléfono móvil, tú volabas a un país, como por ejemplo Nepal, y desconectabas dos meses. Ni en casa sabían nada de ti ni tú no sabías nada de lo que pasaba en casa. Hoy en día no sería así porque tendría que contar todo lo que he hecho en redes sociales... las tecnologías han avanzado tanto que esa bonita desconexión del mundo en medio de la nada se ha perdido.

Habla mucho de lo que ha perdido el verdadero alpinismo con los avances de ahora, ¿con qué se quedaría y qué eliminaría?Los avances nos han traído muchas cosas buenas. Nosotros cuando escalábamos subíamos sin saber el parte meteorológico y ahora puedes saberlo para ahorrarte cualquier accidente. En ese sentido hemos mejorado un montón, aunque estaría bien que buscar un mix, usar bien estas tecnologías.

Tuvo que parar su carrera deportiva por una depresión, ¿cuál fue la clave para salir de esa etapa?  Para mí la clave es rodearte de buenas personas en la vida, en todos los ámbitos, a nivel profesional y personal. Creo que lo mejor que he tenido en toda mi trayectoria ha sido que toda esa gente que me rodeaba era de total confianza. Todos eran muy buenos escaladores, pero muy, muy buena gente. Para mí esa es la clave.

En todas sus entrevistas de su época en activo destacaba la importancia del equipo, ¿cuál es su equipo ahora?Es una buena pregunta. Ahora mi equipo es mi marido, mi hijo, mi familia al completo, pero también esos amigos que escalaron en su tiempo conmigo. Hay algunos a los que no veo mucho, pero si son verdaderos puedo charlar con ellos tranquilamente. Esa gente es mi equipo, mi gente.

En el momento en el que intento quitarme la vida es porque estoy realmente mal

Siempre ha convivido con la muerte en las montañas, con ese miedo, sin embargo hubo un momento de su vida lejos de ellas en la se acercó mucho a ella ¿Cómo llega una persona a tratar de quitarse la vida?Eso ha llamado la atención de todos los psicólogos y psiquiatras que me han tratado. La gente se pregunta: "si has vivido la muerte tan de cerca y la has temido, ¿cómo has podido intentar suicidarte?'' Yo siempre digo que he visto la muerte más cerca aquí, en la vida real, que en las expediciones en las montañas y eso que he perdido a catorce amigos muy cercanos escalando.

Al final, cuando estaba en la montaña era feliz, disfrutaba, y en el momento en el que intento quitarme la vida es porque estaba realmente mal, con un dolor que te lleva a pensar que la única forma de quitarte ese sufrimiento es quitándote la vida.

Siempre ha dicho que la montaña le hablaba, ¿la montaña también le habló en esos momentos difíciles?Sí, claro. He tenido con ella conversaciones muy diferentes porque en un momento dado mi vida pensé que la montaña era culpable de la soledad que sentía cuando volvía a casa, de ese sentimiento de no encajar en la sociedad. Gracias a la gente que me rodeaba entendí que la montaña era parte de mi vida, que la tenía que aceptar y que quizás, con 30 años, no era como toda la sociedad o todas las mujeres a esa edad. La montaña me ha ayudado mucho a encontrar el camino y a tirar para adelante.

En una entrevista de hace años dice que en la cumbre no se disfruta nada por la tensión de la situación, ¿se convirtió esa frase en una metáfora de su vida cuando peleaba por ser la primera en hacer los 14 ochomiles?Sí, puede ser una metáfora de mi vida. Cuando empiezas a escalar nadie te conoce y luego cuando la presión es más grande por un reconocimiento que has buscado tú mismo para conseguir patrocinadores, la mochila se carga mucho con responsabilidades. Es como si llegarías a la cumbre, porque antes de llegar te lo imaginas superemocionante, pero arriba no pasas más de 10 minutos, sacas la foto y ya. A veces imaginamos muy bonitos esos sueños que tenemos, pero luego cuando llegamos no son como lo que habíamos soñado.

Ahora es un ejemplo para muchos, ¿pesa más esa mochila que la que cargaba cuando escalaba?Para mí pesa más ahora porque tengo la responsabilidad de ser referente para muchas mujeres, para niñas, para mucha gente. Hoy voy a dar una conferencia delante de 6.000 personas, muchas veces me llaman niños para hacer trabajos sobre mí y pienso: '¿qué les voy a contar?'... sientes esa responsabilidad de transmitir unos valores.

Vivió una situación muy complicada en un momento en el que no se hablaba de deporte femenino, ¿cómo valora la evolución que vive ahora la mujer en el deporte?Bueno, a ver, se habla mucho de esto y yo creo que todavía hay mucho trabajo por hacer. Al igual que yo, en aquella época había muchas deportistas que se encontraron más o menos con los mismos problemas. La sociedad no estaba preparada para hablar de la maternidad y el deporte profesional... esto empieza a cambiar, pero para mi gusto necesitamos más tiempo y no solo para que las federaciones trabajen diferente, sino para que la sociedad de las nuevas generaciones lo acepten. Creo que ellos serán los impulsores del verdadero cambio. 

En materia de salud mental, como en la montaña, ahora hay más herramientas para abordarla, ¿cree que esto está permitiendo cambios al respecto?Hay ideas contradictorias en ese aspecto. Se empieza ahora a hablar mucho más sobre el tema de la salud mental, sobre la depresión y sobre el suicidio sin tabús. En eso hemos adelantado un montón, pero yo creo que, como en todo, hay que seguir trabajando. Hay congresos y ayudas, pero nuestra sanidad tiene que dar un paso más adelante. Me preocupa que no tengamos suficientes centros de ayuda, ¿sabes cuántos jóvenes conozco que realmente necesitan ingresar, pero que no quieren porque el lugar es deprimente que lo que ya soportan?

¿Qué consejo daría todas esas personas que buscan salir de un momento complicado?Yo le diría que pida ayuda. 'No tengas vergüenza a pedir ayuda', eso le diría. A veces no lo hacemos por todo este tabú y el qué dirán, pero la ayuda es la clave.

¿Cuál ha sido la cumbre de su vida?Darme cuenta del camino de vida que yo quería hacer. Yo caigo en una depresión en un momento en el que no encuentro respuestas a muchas de las dudas existenciales que tenemos todos de jóvenes. Yo creo que mi cumbre fue darme cuenta de que no me equivoqué en el camino que elegí un día.

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