La temporada de Carlos Sainz con Ferrari ha sido, de nuevo, agridulce. El madrileño ha sido el único piloto que ha ganado un Gran Premio sin llevar un Red Bull, y por lo tanto es el responsable directo de evitar el primer monopolio de la historia de la Fórmula 1, y todo ello con un pilotaje absolutamente legendario en Singapur.
Por otro lado, ha vuelto a quedar por detrás de Leclerc en el campeonato de pilotos gracias a un final de temporada sensacional del monegasco, con tres podios en las cuatro últimas carreras. De nuevo, cuando Leclerc se centra y evita sus ya habituales errores, parece ser ineludiblemente más rápido que Sainz.
Esto parece ser lo que Ferrari busca, pues John Elkann, presidente de 'Il Cavallino Rampante' , ha afirmado en el Investor Day de la compañía Exor que tanto Carlos Sainz como Charles Leclerc "se quedan" más allá de 2024, año en el que ambos pilotos acaban, por el momento, su vinculación con la escudería italiana.
Más allá de virtualmente confirmar la renovación de una de las mejores alineaciones que Maranello ha tenido en las últimas décadas, Elkann también ha repasado una temporada igualmente agridulce para Ferrari. Luces como la victoria de Sainz en Marina Bay y sombras como la mala imagen proyectada en Monza, la derrota frente a Mercedes por el segundo puesto en el Mundial de Constructores o una nueva temporada, y ya van 15, sin ganar un campeonato, ni de pilotos ni de escuderías.
"La temporada fue decepcionante porque terminamos terceros en el campeonato. Pero en el último cuarto del campeonato también pudimos competir con Red Bull y logramos muchas poles. Ahora tenemos que aprovechar todo esto para seguir avanzando", ha comentado el presidente de Ferrari.
Carlos Sainz comenzará la temporada 2024 de Fórmula 1 con la certeza de que Ferrari le quiere. Puede que no sea la primera opción, porque en Maranello ya han demostrado pasiva y activamente que 'Il Predestinato' es su piloto y lo será hasta las últimas consecuencias, pero la pelota está en el tejado del español, 2024 puede ser el momento perfecto para dar un puñetazo encima de la mesa.
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