"Griezmann es una pasada. Es uno de los jugadores más completos que he visto en mi vida". Estas palabras de Marcos Llorente, tras la victoria del Atlético de Madrid por 3-1 ante el Villarreal (la decimosexta consecutiva en el Metropolitano), reflejan a la perfección el tipo de futbolista en el que se ha convertido el francés en los últimos años: un jugador total que no le importa ponerse el mono de trabajo cada vez que su equipo tiene que defender, de coger las riendas para la creación del juego, asistir a un compañero o de mover la red cada vez que se pone delante de la portería, una faceta que, por cierto, la ha llevado hasta el límite con 169 goles en el conjunto de Diego Pablo Simeone.
El gol de Antoine Griezmann frente al 'submarino amarillo' ha provocado que el galo iguale a Adrián Escudero (169) como el segundo máximo goleador en la historia del club Atlético de Madrid y se coloque a tan solo cuatro tantos de Luis Aragonés (173), persona encargada de liderar una cúspide que se le quedará pequeña al atacante del Atlético de Madrid. Atrás quedaron los 158 tantos de Paco Campos, los 136 de José Eulogio Gárate o los 129 de Fernando Torres, aquel joven 'Niño' que trajo consigo ilusión y goles para sacar al Atleti del pozo de la segunda división.
Antoine, que llegó en el verano del 2014 a un club que había sido campeón de Liga y subcampeón de Champions, le costó casi una vuelta (19 jornadas) de la competición afianzarse en el esquema de Diego Pablo Simeone. El francés tenía 'la obligación' de que los aficionados colchoneros olvidasen a Diego Costa y David Villa, dos jugadores que hicieron vibrar a la parroquia rojiblanca. A raíz de conseguir un hat-trick en San Mamés ante el Athletic (1-4), el chip de 'Grizzi' cambió por completo y se convirtió en el futbolista que tanto demandaban por el antiguo Vicente Calderón.
Desde su debut el pasado 19 de agosto del 2014 en la ida de la Supercopa de España frente al Real Madrid, Griezmann ha conseguido anotar 169 goles (120 en Liga, 30 en Champions, 13 en Copa del Rey y seis en Europa League) y regaló 77 asistencias en un total de 357 encuentros oficiales con la camiseta del Atleti. A pesar de haber logrado tres títulos con el conjunto colchonero (Europa League 2018, Supercopa de Europa 2019 y Supercopa de España 2014), la mayor espina de Antoine, hasta el momento, es no conseguir un gran título con el Atlético de Madrid, objetivo que peleará, al menos, hasta 2026, año de la finalización de su contrato.
Una etapa de leyenda, pero con una marcha inesperada
La etapa de Antoine Griezmann como jugador del Atlético de Madrid tiene todos los ingredientes para ser una de las más significativas en la historia del club colchonero. Sin embargo, el francés decidió mudarse hasta la Ciudad Condal en el verano del 2019 para cambiar el rumbo de su carrera deportiva y fichar por el entonces Barça de Leo Messi. La decisión del galo supuso un cambio en el estilo de juego, una nueva adaptación al club catalán y una reconversión de su posición en el terreno de juego, ya que Messi era el dueño y señor del puesto de '10'.
Este cambio de aires no sentó nada bien en la afición colchonera. Un año antes, Antoine también coqueteó con la idea de marcharse al club blaugrana, pero, después de unas duras negociaciones de renovación, decidió quedarse en Madrid y lo anunció mediante un documental que, curiosamente, fue creado por la empresa de Gerard Piqué, Kosmos. Sin embargo, el inicio del curso de la 2018-2019 no fue del todo como se esperaba en el Atleti y el francés volvió a retomar la idea de marcharse el Barça a final de año. Durante el transcurso de la temporada, según Mundo Deportivo, 'Grizzi' firmó un preacuerdo con el club catalán en marzo del 2019, justo antes del partido de vuelta del Atlético ante la Juventus, escenario donde Cristiano Ronaldo anotó tres goles (3-0) y eliminó al equipo de Simeone de la Champions League.
Tras dos temporadas en Barcelona donde participó en 102 encuentros oficiales y anotó 35 goles, volvió al Atlético de Madrid. Sin embargo, su vuelta fue difícil y compleja: gran parte de la afición no había olvidado el desplante y el preacuerdo firmado con el Barça mientras jugaba con la camiseta del club rojiblanco, por lo que los pitos y abucheos cada vez que tocaba la pelota en el Metropolitano se hacían notar. Griezmann pidió perdón, se puso el mono de trabajo y, con el paso del tiempo, los reproches se han convertido en cánticos a favor de un francés que está volviendo a disfrutar del fútbol.
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