Tom Aspinall tiene este fin de semana la oportunidad de conseguir el cinturón interino del peso pesado de UFC por primera vez en su carrera. Para ello se enfrentará a Sergei Pavlovich en la pelea coestelar de UFC 295. Sin embargo su camino hasta aquí no ha sido fácil. El inglés se lesionó cuando estaba en el mejor momento y la recuperación le ha llevado un año. Durante este período llegó a pensar hasta en retirarse.

Aspinall se lesionó el ligamento cruzado en julio de 2022 cuando se enfrentaba a Curtis Blaydes en la pelea estelar de UFC Londres. Ocurrió ante su público, apenas 15 segundos después de que empezara el combate. El luchador de UFC se ha sincerado y ha contado cómo fue su devastadora experiencia: “Deprimente y horroroso, tremendamente horroroso”.

“Fue simplemente horrible, estar en el suelo delante de 22.000 fans con una rodilla que está entumecida, bloqueada, incapaz de moverla y sabiendo que tenía que marcharme. Se suponía que iba a viajar para ver a mi familia en Polonia durante un mes”, cuenta Aspinall. “Mi mujer e hijos ya estaban ahí. Tuve que cancelarlo, ir a Londres, operarme y recuperarme durante un año”.

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Según explica el peleador británico, una vez que pasó la fase más depresiva de la lesión, tuvo claro que volvería a pelear y que tendría éxito a su regreso. Parece que Aspinall no estaba equivocado.

Un año después de lo ocurrido, Aspinall volvió al octágono de la UFC, de nuevo en el O2 Arena de Londres. Esta vez, todo salió a pedir de boca: el inglés derrotó a Marcin Tybura por TKO en el primer asalto. Aspinall recuperó la confianza y reclamó un rival de altura para su próxima pelea. Meses después su deseo se ha hecho realidad y este sábado tiene la oportunidad de convertirse en campeón interino.