La fatiga acumulada, la presión del N.º1 y los fantasmas de París... los boquetes que explican el hundimiento de Alcaraz

Carlos Alcaraz en su derrota ante Roman Safiullin.
Carlos Alcaraz en su derrota ante Roman Safiullin.
EFE
Carlos Alcaraz en su derrota ante Roman Safiullin.

Carlos Alcaraz no ha llegado al final del curso 2023, apenas le quedan unas gotas de tenis en el depósito y otra vez en París, ante Safiullin, volvió a pagar el precio de un calendario demasiado largo. La fatiga, la presión de la lucha por el N.º 1 y los fantasmas de París-Bercy pasaron factura al español, enfocado ahora en acabar el año con un buen papel en la Copa de Maestros.

6-4 y 6-3 fue el resultado final de su despedida a primeras de cambio de la pista dura de la capital francesa. Una hora y 32 minutos duró el hundimiento del hombre llamado a recuperar el cetro de líder del tenis mundial ante Novak Djokovic. Ante el serbio se probó en la superficie verde antes del arranque del torneo, pero esa será toda su experiencia contra su gran contendiente este año en París. 

"Tengo muchas cosas que mejorar, que entrenar. No me he sentido bien con mi juego, creo que no me he movido bien. Mi tenis precisa de un nivel físico alto, y de movilidad y rapidez me ha faltado mucho. Me he sentido lento", declaró tras el duelo el joven español apesadumbrado por el resultado y por el significado de esta derrota. 

La fatiga apaga el tenis divertido de Alcaraz 

Y es que, otro año más, Alcaraz ha gastado todo su tenis antes de llegar a fin de año. El murciano ha disputado este año 72 partidos oficiales (con un resultado de 63 victorias y 9 derrotas), y ello a pesar de que las lesiones provocadas por la sobrecarga del año anterior no le permitieron debutar hasta mediados de febrero, sin pasar por el Open de Australia.

La montaña de partidos, a los que se suman otros compromisos no oficiales como la Copa Hopman, dejó notar cierta fatiga en su juego desde la conquista de Wimbledon en una sensacional gira de hierba. Tres partidos disputó en Canadá (cayó ante Tommy Paul) antes de llegar a la final de Cincinatti. En la ciudad estadounidense perdió ante Djokovic en la final tras otra semana con un tenis extraño, menos pizpireto de lo habitual, el mismo con el que alcanzó, no sin turbulencias, la semifinal del US Open sellada con derrota ante Medvedev.

Luego disfrutó de un parón, pero la vuelta a las pistas en su debut en Asia tampoco fue como se esperaba. Un imperial Sinner acabó con él en semifinales del ATP 500 de Pekín, y Dimitrov se convirtió en su verdugo inesperado en Shanghái. Un juego de poco acierto y desconexiones sorprendieron a los que pagaron su entrada por ver al Alcaraz de las sonrisas y las 'filigranas' en pista.

El objetivo del N.º1: un lastre demasiado pesado

Ahí es donde, probablemente, entra en juego el factor mental, el castigo de 'no aprovechar las oportunidades de ganar la batalla del N.º 1'. Djokovic le dio la posibilidad de recuperar el trono con doble ausencia en China, pero la obsesión de volver a la cima quizás generó una presión convertida a la postre en su peor rival.

"Se han ido. Creo que hay cero oportunidades", matizó, "decepcionado" consigo mismo al ser preguntado por la posibilidad remota de volver a cazar el primer puesto de la clasificación tras el partido ante Safiullin. 

El runrún de la carrera con Djokovic no desaparece de su mente, un objetivo convertido en obsesión. Con ese peso, esa carga, los fantasmas de París terminaron de hacer el resto. El Masters 1.000 de la ciudad de la luz es territorio hostil para el murciano, incapaz de saborear el certamen de pista dura como sí hace en la tierra de Roland Garros apenas unos meses antes.

Hay que seguir, queda un torneo

Hace dos años perdió ante un Hugo Gastón inferior espoleado por una grada ensañada con el español. El curso pasado se fue lesionado del abdominal en el partido ante Rune (a la postre ganador ante Djokovic). Y este año, en primera ronda, cayó en la trampa del 45º del mundo, un hombre más peligroso de lo que su ránking indica y más rodado que Alcaraz tras su paso por la previa. Mazazo en la moral de un tenista empecinado en forzar hasta el límite

Malas sensaciones antes de la Copa de Maestros

"Perder en las primeras rondas duele, estas derrotas duelen mucho. Hoy es de las pocas veces que no quiero pensar en los próximos días ni en los entrenamientos, pero hay que hacerlo. Queda un torneo", dijo el murciano con la mente puesta ya en las ATP Finals de Turín, la soñada Copa de Maestros.

Fue el primero en clasificarse, el líder de los ocho tenistas llamados a decidir entre ellos el título de mejor jugador del año natural, pero no llega ni mucho menos como el favorito. Eso sí, a pesar de todo, el murciano tratará de suplir las carencias físicas y el desgaste mental con su mejor arma, las ganas, las de ejecutar un buen papel para quitarse el mal sabor de boca de la recta final del curso y de su ausencia en un torneo en el que ya fue baja por lesión el año pasado.

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