La familia, amigos y toda la ciudad de Córdoba ha dado el último adiós este jueves a Álvaro Prieto, el joven de 18 años fallecido por electrocución al tocar una catenaria de un tren en la estación de Santa Justa (Sevilla). 

El funeral se ha celebrado en la iglesia de la Trinidad de Córdoba, que media hora antes de comenzar ya estaba abarrotada, con la presencia de amigos, familiares, compañeros y dirigentes del Córdoba CF, en cuyos rostros era visible la emoción y tristeza. 

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El cuerpo de Álvaro Prieto ha llegado con otros dos coches fúnebres que transportaban todas las coronas de flores y el silencio sepulcral se hizo en la plaza de la Trinidad. El ataúd ha sido trasladado a hombros de sus compañeros de equipo y amigos hasta el altar de la iglesia, entre los lamentos de los asistentes.

Ya con el funeral empezado, han sido muchas las palabras dedicadas al joven. "Se nos hace a todos muy difícil entender que una vida que está despertando haya tenido este final tan brusco. Son innumerables las preguntas que nos planteamos ahora", ha dicho visiblemente emocionado el párroco.

Sus compañeros del juvenil del Córdoba han ofrecido ante el féretro un balón, una bandera y su camiseta del equipo, además de una caja de recuerdos y una imagen de Santa Rafaela María, la fundadora de la congregación de las Esclavas, colegio al que asistió Álvaro Prieto.

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Uno de los momentos más emotivos ha sido cuando el amigo que compartió sus últimos minutos con él le ha dedicado unas bonitas palabras: "Me siento afortunado de poder haber pasado esa última noche contigo, y de haber podido recibir ese último 'Te quiero bro', sentados en la acera, antes de entrar en la discoteca, que quedará siempre en mi cabeza".

Al término del funeral, ya con el ataúd en el coche fúnebre, sus amigos y compañeros han formado un círculo y, abrazados y llenos de lágrimas, le han dado el último adiós con una gran ovación.