Después de su periplo en el Al-Shabab de Arabia Saudí, Santi Mina ha reaparecido con el Celta de Vigo mientras está pendiente del recurso presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por el presunto abuso sexual por el que está condenado a cuatro años de cárcel.

El jugador se ha reincorporado a los entrenamientos porque así lo ha exigido, contra la voluntad del Celta. El club quería que no apareciese hasta que se le encontrara una salida. Sin embargo, no se puede oponer a los deseos de Mina de volver al trabajo.

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Mientras que el club trabaja para buscarle una salida, él quiere agotar su contrato, del que aún le restan dos años. Ya ha rechazado varias ofertas del extranjero, pero el Celta no quiere que vuelva a vestir de celeste y, de quedarse, supondría una difícil situación financiera.

Además, no puede haber despido procedente porque la sentencia aun no es firme. Si el TSJA ratifica la sentencia condenatoria tampoco lo será, ya que el futbolista recurriría ante el Tribunal Supremo, lo que, a su vez, corre en contra del Celta.

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Si el gallego no acepta ninguna oferta, el Celta podría optar por la rescisión del contrato, pero tendría poco margen de maniobra en el límite salarial. Por el momento, el equipo vigués tendrá que esperar para resolver este caso mientras la Justicia también hace su trabajo.