El Gran Premio de Alemania de MotoGP ha coronado a Jorge Martín. El piloto español, subido a su Ducati, ha firmado un gran fin de semana que acaba con su excelente victoria este domingo tras un duelo de infarto ante Pecco Bagnaia, a quien se ha impuesto por apenas seis milésimas.

No ha sido tarea fácil para un Jorge Martín que no ganaba una carrera desde Austria en 2021. El piloto madrileño aguantó a la perfección los ataques de Pecco, actual líder del mundial, a quien ya tiene a solo 16 puntos.

Jorge Martín gana el sprint del GP de Alemania y Márquez acaba undécimo, fuera de los puntos

La carrera arrancó con sorpresas. Primero por la ausencia de Marc Márquez, que decidió no correr por su caída en la mañana; luego por un Jack Miller, que finalmente ha quedado sexto, que empezó como un cohete encabezando la prueba, pero que perdió posiciones en la curva once.

En el segundo giro ya se puso líder Bagnaia, pero con Martín pisándole los talones. El español logró superar al italiano en la bajada de la curva doce y se puso en cabeza para prácticamente toda la carrera. 

Poco a poco Jorge Martín fue marcando el ritmo y se distanció de los rivales, pero sin tener una clara ventaja. Mientras tanto, Marini, Binder y Zarco, quien al final quedó tercero, luchaban por el podio. Más alejado, Maverick Viñales sufrió una rotura en su motor que le dejó fuera de la carrera.

Fernando Alonso saldrá segundo por la sanción a Hülkenberg y Sainz cae tres puestos por bloquear a Gasly

Con el paso de las vueltas, Martín iba consolidándose en la primera posición hasta que en las últimas Bagnaia sorprendió al madrileño en la bajada del tobogán para ponerse por delante. Ahí comenzó la verdadera lucha que mantuvo a todos en vilo hasta el último segundo.

Poco después, en la vuelta veinticuatro, en el mismo lugar donde Pecco le había adelantado, Jorge Martín se la devolvió y recuperó la primera plaza, que tuvo que defender con uñas y dientes. El español dio una clase magistral de motociclismo que le valió para sacar seis milésimas al italiano y cruzar la línea de meta con el corazón en un puño. Eso sí, una victoria que es un golpe sobre la mesa y, quien sabe, un aviso de lo que está por llegar.