La increíble canasta de Llull que le ha dado al Real Madrid su undécima Euroliga

Sergio Llull, durante un partido del Real Madrid
Sergio Llull, durante un partido del Real Madrid
AFP7 vía Europa Press
Sergio Llull, durante un partido del Real Madrid

Faltaban tres segundos para que terminara la final de la Euroliga y el Real Madrid, a trancas y barrancas, se encontraba solo un punto abajo ante el Olympiacos... y con posesión de balón.

Sergio Rodríguez, Tavares... muchos candidatos parecían destinados a coger la pelota y jugarse una jugada para una temporada. Pero quien pidió la bola fue Sergio Llull: el menorquín botó y botó hasta que de repente frenó en seco y se elevó, con un pequeño problema; delante tenía a un gigante de 2,18 llamado Moustapha Fall con el brazo prácticamente en su cara. 

Nadie sabe cómo, pero Llull -experto en estas lides de solo ante el peligro- fue capaz en el último instante de mover la muñeca para sortear el Everest que tenía delante y enviar el balón rumbo al aro. La pelota subió y subió... y cayó con nieve para alojarse en esa red que Llull siempre corta al final de los grandes triunfos. La Euroliga ya lleva su nombre y la imagen de una canasta inolvidable.

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