Horas antes del comienzo de la final de la Copa de Su Majestad el Rey de fútbol entre el Real Madrid y el Osasuna, las calles de Sevilla fueron escenario de cargas policiales y enfrentamientos entre los agentes y aficionados radicales.

En imágenes difundidas en redes sociales se ve cómo un grupo de seguidores del Real Madrid, algunos de ellos ataviados con banderas de España, lanzan sillas y mobiliario urbano a los agentes.

En otras imágenes se han visto persecuciones entre aficionados, aunque la práctica totalidad de ellos portaban camisetas blancas como las del equipo merengue.

Tal y como informó el Ayuntamiento de Sevilla, se ha establecido un dispositivo de seguridad integrado por 1.788 efectivos y con un refuerzo de los servicios de limpieza y transporte y que incluye aseos públicos en diez puntos estratégicos del centro histórico.

En concreto, participarán 230 efectivos de la Policía Local de Sevilla, 1.389 policías nacionales, de los que 424 forman parte de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Occidental, y el grueso, alrededor de 1.000, de los Servicios Centrales.

El encuentro ha sido declarado de alto riesgo conforme a lo dispuesto en el artículo 20 de la Ley 19/2007, de 11 de julio, contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte.