El 'caso Negreira' complica más a Laporta: los pagos del Barça al exvicepresidente del CTA se incluyeron como "relaciones públicas"

Joan Laporta comparecerá el próximo lunes para dar explicaciones por el 'caso Negreira'. Ese 17 de abril no sólo deberá explicar los más de siete millones de euros que el Barça pagó al exvicepresidente del CTA por supuestos informes arbitrales, sino también por qué algunos de esos pagos se enmascararon como gastos de relaciones públicas.

Algunos de los pagos que la entidad culé transfirió a las empresas de Enríquez Negreira entre 2003 y 2010 se incluyeron en este departamento. Por ejemplo, una factura de 52.500 euros por "asesoramiento técnico" en enero de 2006, publica este martes El Mundo.

Ese mismo año, como parte de la partida de gastos del primer equipo del FC Barcelona, se incluyeron 48.600 euros por "grabaciones deportivas", y en 2007 las facturas del exárbitro en este apartado fueron de entre 10.217 euros y 63.106.

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Figuran en este mismo departamento facturas de 2008 por valor de 20.385 euros por "asesoramiento técnico" y "asesoramiento de vídeos técnicos" en marzo y en agosto, así como varios pagos más en esas fechas. Los pagos, según indica el mismo diario, se dividían mensualmente.

Además, en los libros de contabilidad de la primera etapa de Laporta en el Barça se han encontrado también pagos al hijo de Negreira, Javier Enríquez Negreira. En concreto, existen facturas del año 2005, cuando se hicieron hasta tres pagos de 5.108,60 euros en agosto, octubre y noviembre, y otro de 10.217 en diciembre a través de su empresa, Socceram.

Los pagos que se incluyeron en la partida de relaciones públicas se encontraban entre los gastos de entradas para invitaciones a partidos, regalos o comidas directivas de otros equipos.

Según la información del diario El Mundo, Hacienda inició una investigación a las cuentas del conjunto blaugrana en junio de 2010 y pidió al club que le entregara las facturas de los ejercicios de 2005 a 2008, entre las que se encontraban las de Negreira. Sin embargo, el ministerio público los aceptó entonces como gastos deducibles.