Carlos Alcaraz cayó derrotado este domingo ante Cameron Norrie (5-7, 6-4, 7-5) en una maratoniana final en el ATP 500 de Río de Janeiro, título que defendía, lo que le costó los 200 puntos con los que habría alcanzado a Novak Djokovic en la cima de la clasificación mundial. El murciano peleó hasta el final pese a que su pierna derecha no aguantó la maratón de partidos, dolencia que muy seguramente le apeará del cuadro del torneo de Acapulco.

El tenista de El Palmar no pudo ponerle el broche de oro a su gira por la tierra batida sudamericana, un recorrido de nueve partidos que terminó con un título de campeón, el del ATP de Argentina, y uno de subcampeón, el de Río de Janeiro. Ahora, le espera un merecido descanso antes de afrontar la lucha por los dos primeros Masters 1.000 del año: Indian Wells y Miami.

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Ambos jugadores llegaban a la final tras un duro camino en el cuadro del ATP 500 de Brasil, circunstancia que se percibió en el juego de ambos, más erráticos que en la pasada final del Open de Argentina donde el triunfo fue para Carlos Alcaraz. Los dos mantuvieron su concentración en mantener el servicio, y aunque el británico fue el primero en encontrarse con la oportunidad de romper el servicio del rival, fue Alcaraz el que desequilibró el primer set a su favor antes de que llegara al tie-break.

El 'break' en el 6-5 supuso un golpe demasiado duro para Norrie, que vio como el murciano se volvía a adelantar primero, pese a que la igualdad era mucho mayor en la pista de Río que en la de la capital argentina. Así, como ocurrió en Buenos Aires, Alcaraz enlazó una racha de cuatro juegos que le permitió ponerse 3-0 en la segunda manga con facilidad.  

Esa misma ventaja remó Norrie en la final del ATP 250 de una semana antes, y de nuevo lo volvió a hacer ante un Alcaraz que quizás se dejó llevar por el holgado marcador. Fue entonces cuando, al golpe anímico de haber desaprovechado la ventaja, se unió el físico, con unas molestias físicas en la pierna izquierda que empeoraron punto tras punto. Norrie olió la sangre y no dudó en apretar, pese a que también era evidente en él el desgaste físico, para cerrar la segunda manga a su favor por un marcador de 6-4.

Los ocho partidos en dos semanas, los primeros de 2023 tras más de 100 días fuera con dos lesiones, pasaban factura a un Alcaraz que se mantuvo en pista pero cojo. No pensaba en la retirada, al contrario, buscó la épica arrancando con un 2-0 inicial el tercer set, una ventaja de nuevo recortada por el británico, que no le dejó confirmar la rotura para poner el 2-2.

El pupilo de Juna Carlos Ferrero sabía que sus opciones eran pocas, pero exprimió su cuerpo en busca de la hazaña. Se arrancó el vendaje compresivo que le habían colocado al final del segundo set y se arremangó para mantener a raya a Norrie en un partido que perdió totalmente el orden.

Hasta el 5-5 llegó el marcador en una batalla con dos contendientes al borde del colapso físico. Alcaraz jugaba caminando, no podía correr, con servicios fuertes y tratando de acortar al máximo los puntos. Norrie, al contrario, aprovechó su ligera ventaja física para convertir el partido en un infierno para Alcaraz, y lo consiguió. El británico rompió el saque del español y se acomodó el set para cerrarlo desde su servicio, algo que logró en un juego de infarto ante un incansable Alcaraz.

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Casi tres horas de partido se resolvieron con Norrie, número 13 de la clasificación, como nuevo vencedor del ATP 500 de Río, destronando al campeón de 2022 y arrebatándole 200 puntos. La cantidad con la que Alcaraz hubiera igualado a Novak Djokovic en la lucha por la primera posición del ranking ATP.