Amancio Amaro, 'el brujo' que encandiló al Bernabéu y consiguió la sexta Copa de Europa

Amancio Amaro con algunos de los trofeos que ganó como jugador del Real Madrid.
Amancio Amaro con algunos de los trofeos que ganó como jugador del Real Madrid.
REAL MADRID
Amancio Amaro con algunos de los trofeos que ganó como jugador del Real Madrid.

Tocado por una varita aterrizó 'El Brujo', Amancio Amaro, en el estadio Santiago Bernabéu. Era 1962, tenía 23 años y la difícil tarea, siendo aún sólo una promesa del fútbol español, de ir dando el relevo a una generación liderada por Alfredo Di Stéfano, que había hecho pentacampeón de Europa al Real Madrid

Había destacado en sus cuatro temporadas en el primer equipo del Deportivo de La Coruña, el equipo de la ciudad que lo vio nacer, por entonces en Segunda División. Esa última campaña en la que vestiría la blanquiazul anotó 25 goles en 26 partidos jugando como extremo derecho, siendo máximo goleador de la categoría y contribuyendo directamente al ascenso a Primera de los deportivistas. Y los grandes llamaron a su puerta.

Fue la férrea determinación del presidente blanco, Santiago Bernabéu, empeñado en hacerle llegar a Chamartín pese a la disconformidad de su Junta Directiva, así como la cantidad que estuvo dispuso a pagar -12 millones de pesetas-, lo que hizo que el gallego terminase en Concha Espina.

Su visión no le falló, pues Amancio, 14 temporadas, 471 partidos, 155 goles, una Copa de Europa y nueve Ligas después, se convirtió en una parte fundamental en la historia del Real Madrid desde el primer hasta el último momento en el que se enfundó su camiseta. 

Por eso, la banda derecha y el '7' madridista siempre serán de Amaro, "un artista del balón, apodado el Brujo, que concibió mejor que nadie el fútbol como espectáculo", lo define el propio club en su página web, recordando a un jugador vertiginoso, espectacular, con un alma regateadora indomable e imparable.

Nacimiento y consagración de la leyenda

El idilio entre el conjunto blanco y el coruñés comenzó, como no podía ser de otra manera, en un partido en competición europea, ante el Anderletch, que acabó con empate a tres en el marcador. No esperó mucho más para estrenar su cuenta goleadora, sólo hasta el siguiente partido, ante el Betis ya en Liga.

Ese primer año terminaría con 15 tantos en 38 partidos, tercer máximo goleador del equipo compartiendo delantera con futbolistas legendarios como Di Stéfano, Puskas o Gento, y levantando su primer título, la Liga, como futbolista merengue. Tras ella vendrían otras ocho, un tiempo en el que se convertiría en una de las piezas centrales del 'Real Madrid yeyé'.

También en uno de los jugadores clave de la selección española, con la que alcanzaría la gloria en la Eurocopa de 1964, precisamente en su casa, en el estadio Santiago Bernabéu. Al cielo de la capital levantaría el primer título de la Roja después de haberla llevado a la final con un gol a Hungría en la prórroga de la semifinal. En diciembre de ese mismo año, fue nominado al Balón de Oro, aunque tendría que conformarse con el de bronce, por detrás de su compatriota, Luis Suárez, y el escocés Denis Law.

El Brujo terminó de glorificarse como leyenda del Real Madrid en 1966, cuando devolvió el trono europeo al conjunto blanco en Bruselas ante el Partizán. Ese día lideró a un equipo en el que también estaban Pirri, Zoco, Velázquez o Grosso, para darle la vuelta a un partido que se le había complicado demasiado a los merengues.

Era el minuto 70 y el pentacampeón perdía después de que Vasovic perforase la portería de Araquistáin poco después de volver del descanso. Pero en el campo estaba Amancio, que hizo magia para devolver las tablas al marcador y darle alas a los suyos con un disparo raso que se sacó de la manga tras regatear a su defensor. Un gol para la historia.

Uno de sus goles más recordados es, sin duda, el que marcó en la final de la Copa de Europa de 1966 ante el Partizan de Belgrado, en el estadio Heysel de Bruselas. El Real Madrid perdía por 0-1 ante el conjunto yugoslavo cuando Amancio firmó una extraordinaria jugada para igualar el marcador, en el minuto 70 de partido.

No acabó ahí su contribución a la magnificencia madridista. Cuando colgó la botas, como campeón de Liga en 1976,  dio el salto a los banquillos, donde también hizo historia. En 1984 ganó con el Castilla el campeonato nacional de Segunda División, algo que todavía ningún filial ha vuelto a conseguir.

De esa escuadra formaban parte un grupo de futbolistas que se formarían bajo su tutela y que siempre serán recordados. La Quinta del Buitre, compuesta por Emilio Butragueño, Míchel, Manolo Sanchís, Miguel Pradeza y Rafael Martín Vázquez, nació junto al Brujo, que fue también quien les dio la oportunidad de consagrarse en el primer equipo.

Su influencia en el Real Madrid, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego, perdurará para siempre, y siempre será recordado como una de las grandes leyendas del conjunto blanco, del que era presidente de honor desde octubre de 2022. "Es para mí un honor ocupar este cargo, porque por encima de cualquier nombre, siempre estuvo y estará el equipo. Y esa es la grandeza del Madrid. Este es el broche soñado a mi carrera. Gracias, de corazón", señaló el día de su nombramiento en una nueva declaración de amor al club de su vida.

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